Colombia, la cuarta economía latinoamericana, empieza a notar los efectos de más de tres semanas de protestas ininterrumpidas. Las calificadoras de riesgo han comenzado a rebajar las notas del país y el peso cae, mientras parece encallado el diálogo entre manifestantes y Gobierno, que ayer se volvieron a encontrar. El Comité Nacional del Paro (CNP) anuncia grandes movilizaciones para la semana que viene y el presidente Iván Duque intenta contrarrestar la mala imagen internacional por los abusos policiales nombrando a su vicepresidenta nueva ministra de Exteriores.
Marta Lucía Ramírez, elegida en el 2018 vicepresidenta junto a Duque, ocupará la cartera de Exteriores, tras la dimisión el jueves pasado de Claudia Blum por supuestas desavenencias con el mandatario tras el rechazo generalizado de países y organizaciones internacionales, como la ONU, al excesivo uso de la fuerza por la policía para reprimir las protestas, que ya han dejado al menos 44 muertos.
Convocadas dos grandes movilizaciones para la semana próxima, cuando las protestas cumplirán un mes
La primera misión de Ramírez será viajar el próximo lunes a Washington para reunirse con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Aunque inicialmente había mostrado reticencias, el Gobierno facilitará finalmente la visita de una delegación del organismo a Colombia para que pueda evaluar sobre el terreno las más de dos millares de denuncias de abusos cometidos por la fuerza pública, que incluyen 16 ultrajes sexuales, según la oenegé Temblores.
La visita de la CIDH es también una de las exigencias del CNP, cuyos líderes se encontraban anoche (hora española) reunidos con los representantes del Ejecutivo, siempre con la mediación de la ONU y la Iglesia Católica, en una nueva cita que trata de establecer una mesa de negociación que estudie las demandas ciudadanas y detenga las protestas.
Junto a la desmilitarización de las calles y la retirada de la cuestionada brigada antidisturbios, otra de las peticiones urgentes del Comité era que el Duque diera marcha atrás en un proyecto de reforma sanitaria que pretendía avanzar en la privatización de la salud pública. No obstante, el Parlamento se lo puso fácil al mandatario conservador, pues el miércoles las comisiones de estudio del proyecto del Congreso y el Senado rechazaron la tramitación de la ley, lo que fue recibido con aplausos por los cientos de manifestantes que se congregaron a las puertas del Legislativo, en la céntrica plaza Bolívar de Bogotá. Es el segundo proyecto de ley al que Duque se ve obligado a renunciar desde que se iniciara esta tercera ola de la revuelta ciudadana, tras la retirada de la reforma tributaria.
Aunque las protestas son diarias y permanentes en varios lugares del país, el CNP acostumbra a convocar cada miércoles una gran jornada de movilizaciones. La de anteayer tuvo un seguimiento masivo pero acabó sin muertos ni disturbios graves como en anteriores ocasiones. El Comité, integrado por organizaciones estudiantiles y sindicales, no da su brazo a torcer y ayer, antes de la reunión con el Gobierno, su portavoz y presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés, anunció que redobla su apuesta y la semana que viene serán convocadas dos “grandiosas movilizaciones”: el 26 de mayo, como cada miércoles; y el 28, cuando se cumpla un mes del último estallido popular.
“El paro nacional ha logrado un momento de cambio y no se puede desperdiciar. La indignación venció los miedos y la fuerza de este movimiento logrará lo que por décadas varias generaciones hemos luchado”, indicó el CNP en un comunicado. El Comité aseguró que piensa seguir “convocando a grandes movilizaciones y acciones pacíficas hasta que el Gobierno pare la violencia, brinde garantías para la protesta, establezca procesos serios y eficaces de negociación y cumpla con todos los sectores de la juventud, la ciudadanía y de las organizaciones sociales”.