En junio, el avión más grande del mundo salió de su hangar por primera vez. Las reacciones variaron de los escépticos sobre el diseño (“qué pájaro extraño!”), A la excitación recta sobre el avión innovador (“un avión de aspecto impresionante!”). Ahora el equipo ha cruzado otro hito completando la primera ronda de pruebas de motores, continuando el trabajo de base necesario para conseguir que la bestia salga al aire en 2019.
Stratolaunch es una de varias compañías nuevas que trabajan para desarrollar un avión de lanzamiento-a-órbita funcional. El proyecto ha estado en desarrollo durante casi siete años y esta prueba de motor es otro punto de referencia exitoso cruzado en el desarrollo del avión. El avión lleva seis motores turbofan de Pratt & Whitney levantados de dos Boeing 747-400s usados. Las pruebas del motor consistieron en tres fases: un “motor seco” que funcionaba con potencia auxiliar, un “motor húmedo” que introducía combustible de reacción y finalmente un ensayo de marcha en vacío en el que se observaba cada uno de los seis motores para asegurarse de que funcionaban correctamente.
“En los próximos meses, continuaremos probando los motores de la aeronave con niveles de potencia más altos y configuraciones variadas, que culminarán con el inicio de las pruebas de taxis”, escribe el CEO Jean Floyd anunciando las exitosas pruebas. El Stratolaunch es sin duda una hazaña masiva de la ingeniería aeronáutica, con una envergadura gigante de 117 m (385 pies), la compañía planea continuar con las pruebas de motores en los próximos meses con el siguiente hito siendo las pruebas de taxis.