El presidente de los EE.UU., Donald Trump, ha reconocido haber usado un “lenguaje duro” en una reunión con legisladores en la Casa Blanca, pero ha afirmado que no calificó a ciertos países como “agujeros de mierda”. Esta información, publicada por la prensa estadounidense, ha provocado una oleada de condenas dentro y fuera del país, con la ONU tachando sus palabras de “racistas”.
“¿Por qué tenemos a toda esta gente de países (que son un) agujero de mierda viniendo aquí?”, afirmó Trump durante una reunión con legisladores en la Casa Blanca, de acuerdo con el Washington Post, que cita a dos fuentes familiarizadas con el encuentro.
Trump reaccionó así cuando dos senadores le plantearon un proyecto de ley migratorio que otorgaría visados a algunos de los ciudadanos de países que han sido retirados recientemente del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS), como El Salvador, Haití, Nicaragua y Sudán.
Trump sugirió entonces que Estados Unidos debería traer a más inmigrantes de países como Noruega, con cuya primera ministra se reunió este miércoles, de acuerdo con el Post.
“¿Por qué tenemos a toda esta gente de países (que son un) agujero de mierda viniendo aquí?”
Los comentarios de Trump dejaron impactados a los legisladores presentes en la cita, según el diario, que no aclara si el presidente se refería también a Nicaragua con su exabrupto, y tampoco identifica a los países africanos afectados.
El periódico Los Ángeles Times confirmó el informe del Post, y agregó que, antes de proferir el insulto, Trump exclamó: “¿Para qué queremos a haitianos aquí? ¿Para qué queremos a toda esta gente de África aquí?”.
Preguntado al respecto, un portavoz de la Casa Blanca, Raj Shah, no negó que Trump hubiera hecho esas declaraciones.
“Ciertos políticos de Washington eligen luchar por países extranjeros, pero el presidente Trump siempre luchará por el pueblo estadounidense”, dijo Shah en un comunicado citado por varios medios.
“El presidente Trump lucha para conseguir soluciones permanentes que hacen a nuestro país más fuerte, al dar la bienvenida a aquellos que puedan contribuir a nuestra sociedad, hacer crecer nuestra economía e integrarse en nuestra gran nación”, agregó el portavoz.
Trump “siempre rechazará las medidas temporales, débiles y peligrosas que amenacen las vidas de los estadounidenses que trabajan duro, y que socaven a aquellos inmigrantes que buscan una vida mejor en Estados Unidos mediante una vía legal”, indicó Shah.
El proyecto de ley negociado por seis senadores bipartidistas eliminaría la llamada “lotería de visados” que cada año asigna 50.000 visas a ciudadanos de países con una baja tasa de emigrantes en Estados Unidos, un mecanismo que beneficia mayoritariamente a países de África.
Según dijo a Efe una fuente del Senado que pidió el anonimato, la mitad de esos visados se reasignarían a los que hasta ahora estaban protegidos por el TPS y la otra mitad estaría reservada a inmigrantes que demostraran cualidades profesionales que merecieran su entrada en Estados Unidos, el famoso “mérito” que defiende Trump.
El acuerdo también abriría un camino a la ciudadanía para más de un millón de jóvenes indocumentados que llegaron al país de niños, conocidos como “soñadores”, y concedería más de 1.000 millones de dólares para proyectar y construir una barrera física en la frontera con México.