El intercambio comercial entre el gigante asiático y la región es ampliamente favorable para los chinos

El intercambio comercial entre China y la región de América Latina y el Caribe (ALC) avanza a buen ritmo hacia la meta global planteada por los actores para el año 2025, pero sigue sin eliminar el gran déficit que tiene la región frente al país asiático convertido en la segunda mayor economía mundial.

A tres años de haber sido planteada la meta de un intercambio comercial de US$500,000 millones, en el primer foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China, realizado en Santiago, Chile, la referencia de comercio ha sido alcanzada en un 53% y la de inversión en un 46%, según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), una dependencia de Naciones Unidas con sede en la capital chilena.

En esa primera reunión del Foro CELAC-China se aprobó el plan de cooperación 2015-2019 donde se fijó la meta para alcanzar un intercambio comercial de 500,000 millones de dólares al 2025 y lograr un stock de inversión extranjera directa entre ambas partes de US$250,000 millones.

Un informe de principio del año en curso de la Cepal da cuenta que al 2017, el monto de inversiones directas chinas en la región alcanzó alrededor de US$115,000 millones, lo que representa un 46% de avance de la meta. El intercambio comercial alcanzó un balance de US$266,000 millones en 2017, un avance del 53% de la meta fijada a siete años.

Los cálculos de la Cepal hallan avance en el intercambio comercial global porque según sus cálculos, el comercio entre la región y China se multiplicó por 22 veces entre 2000 y 2013.

El intercambio comercial entre ALC y China, aunque siempre con la balanza favorable para el gigante asiático, no siempre ha mantenido un crecimiento constante, al punto de que todavía no ha recuperado su máximo histórico alcanzado en 2013, con un balance de US$278,000 millones.

Retroceso del intercambio

El descenso que se produjo a partir de ese pico histórico fue originado esencialmente por una caída de un 23% en los dos años siguientes de las importaciones chinas desde la región ALC, a consecuencia de la pérdida de velocidad en el crecimiento económico que entonces experimentaba el gigante asiático. Sus exportaciones hacia la región también bajaron, pero apenas un 3%.

Los grandes suplidores regionales de China (Brasil, Chile y México, que forman un paquete equivalente al 70% del valor de las exportaciones totales de la región), redujeron drásticamente sus envíos a China entre 2013 y 2015.

Según un “panorama general” del comercio China-ALC realizado entonces por la Cepal, el descenso de las importaciones chinas desde la región no fue solo por la desaceleración de la economía de ese país asiático, sino que también influyó el proceso de “reequilibrio” de su modelo de crecimiento que tenía en curso China. “Específicamente, las autoridades chinas buscan reducir el elevado peso de la inversión en el producto (actualmente del 43%) y aumentar el reducido peso del consumo (actualmente del 38%, frente a más del 60% en el caso de los países desarrollados)”, planteó en esa ocasión la Cepal. Sin embargo, este proceso ha avanzado lentamente, afectando la demanda de importaciones, explicó. También alegó que a esa situación se sumó el hecho que desde hacía varios años las empresas chinas estaban reduciendo el contenido importado de sus productos, especialmente de partes y componentes para las distintas industrias manufactureras.

China es el segundo mayor socio comercial de ALC, solo superado por Estados Unidos, y desplazando a la Unión Europea desde 2012. La región capta alrededor del 6% de los envíos de China y suple cerca del 7% de las importaciones de ese país.

Pero el creciente desbalance comercial de la región con China se debe básicamente al saldo en rojo también en aumento que tienen México y Centroamérica con dicho país. América del Sur, que durante la década pasada tuvo una balanza comercial casi equilibrada con China, regresó desde 2011 al sendero del déficit comercial creciente con esta, a causa principalmente de la menor demanda china de productos primarios, la que provocó fuertes caídas de sus precios y, por lo tanto, en el valor de las exportaciones sudamericanas.

La parte favorable para la región de América Latina y el Caribe en el conjunto de su comercio con China se refleja en productos primarios y manufacturas basadas en recursos naturales, intercambio que se genera específicamente en América del Sur, pero que no es suficiente para compensar los déficits que tienen la región con China en el comercio de las demás manufacturas.

“Exportamos solo cinco productos básicos en 2017 -porotos de soja, mineral de hierro, mineral de cobre, cobre refinado y petróleo-, representando el 70% del valor total de los envíos”, afirmó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, a principio de año.

Inversiones

“La buena noticia es que la Inversión Extranjera Directa china hacia la región aumentó en 2017, superando los 25,000 millones de dólares, y comenzó a diversificarse hacia nuevos sectores como alimentos, telecomunicaciones y energías renovables”, expresó.

La máxima representante de la Cepal destacó la relevancia de la iniciativa de la Franja y la Ruta para América Latina y el Caribe, en primer lugar, porque al dinamizar las economías de Asia y Europa, aumentará la demanda agregada y, por consiguiente, se beneficiarán las exportaciones de la región.

Agregó que la iniciativa china “nos ofrece la oportunidad única de acortar la gran distancia territorial que nos separa mediante una mejor conectividad aérea, marítima y especialmente digital, para estrechar nuestros vínculos comerciales, de inversión, de turismo y de cultura”. En ese sentido, la Secretaria Ejecutiva de la Cepal destacó que China se ha convertido en un líder de la economía digital y en innovación, con inversiones que superan el 2% del PIB en investigación y desarrollo, especialmente en investigación aplicada, lo que le ha permitido transitar rápidamente hacia la producción y exportación de bienes y servicios con un alto contenido de conocimiento.

Bárcena llamó a la región a diversificar los flujos de comercio e inversión extranjera con China; a aprovechar las capacidades técnicas y financieras de China para reducir el serio déficit de infraestructura en nuestra región; y a la cooperación en temas sociales para eliminar la pobreza en todas sus formas hacia el 2030.

En un documento preparado por la Cepal en ocasión de la visita a su sede del presidente de China, Xi Jinping, el 22 de noviembre de 2016… se plantea que la dinámica de la inversión extranjera directa china en la región refuerza este patrón, ya que casi el 90% de dicha inversión entre 2010 y 2015 se dirigió a las actividades extractivas, en particular la minería y la producción de hidrocarburos.

Comercio dominicano y chino

En los últimos cinco años el intercambio comercial (importaciones y exportaciones) entre República Dominicana y la República Popular China ha reflejado un aumento constante. De acuerdo a un documento del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD), durante el período 2013-2017 el intercambio con China totalizó US$6,445.19 millones.

Los productos más exportados hacia el gigante asiático durante el 2017 fueron los minerales de cobre y sus concentrados, agujas, catéteres, cánulas e instrumentos similares, ferroníquel, papel o cartón para reciclar “desperdicios y desechos”, instrumentos y aparatos de medicina, cirugía o veterinaria. China es uno de los principales socios comerciales de la República Dominicana. Le suple desde textiles y calzados hasta vehículos.