Los estadounidenses parecen haber hecho oídos sordos a la exhortación de las autoridades sanitarias y del propio presidente electo, Joe Biden, a quedarse en casa para evitar que el ritmo de la pandemia se acelere. Millones de personas se disponen a celebrar este jueves la festividad más familiar del año, el día de Acción de Gracias, por lo que los aeropuertos han registrado, con un millón de viajeros al día, su mayor actividad desde primavera, cuando empezó la crisis sanitaria. Ni siquiera la recomendación reiterada de no viajar de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas inglés), los comités gubernamentales que prescriben las normas sanitarias, ha logrado frenar el éxodo de millones de personas a sus lugares de origen para celebrar el Acción de Gracias más anómalo que se recuerda. Mientras, en las principales ciudades, decenas de miles de personas seguían engrosando las filas ante farmacias y laboratorios que realizan la prueba de la covid-19.

En su discurso con motivo de la festividad, Biden ha recordado este miércoles que la enfermedad ha costado ya la vida a 260.000 estadounidenses y ha pedido a sus compatriotas que se queden en casa. Puso a su propia familia como ejemplo de lo que dicta el sentido común en este año excepcional. “Vamos a vivir este Acción de Gracias separados. Jill [su esposa] y yo lo pasaremos en nuestra casa de Delaware con nuestra hija y yerno. El resto de la familia hará lo mismo en pequeños grupos”, recalcó.

Con una media de 160.000 nuevos casos al día, “que podrían llegar a 200.000 en breve” si no se extrema la seguridad, subrayó Biden, el sistema sanitario está en algunas partes del país a punto de saturarse. Las autoridades han expresado su preocupación ante un posible aumento de los contagios por los traslados en esta semana de vacaciones, el periodo en el que tradicionalmente se realizan más viajes en el país y que culmina con la cena de Acción de Gracias de este jueves, prólogo a su vez de las navidades.

Pese a la recomendación de los CDC, esta es la semana con más afluencia de viajeros desde que en marzo comenzó la pandemia, con una media de un millón de movimientos diarios desde el pasado fin de semana, según la Administración de Seguridad de Transporte (TSA, en sus siglas en inglés), encargada de los controles aeroportuarios. Las autoridades sanitarias temen que la circulación de personas y los intercambios entre núcleos familiares, así como las reuniones de no convivientes, disparen aún más el número de contagios en el país, incluidas aquellas zonas que hasta el momento han conseguido mantener la transmisión relativamente bajo control, mientras el Medio Oeste y el norte presentan las cifras más preocupantes.

Solo en las dos últimas semanas se han registrado dos millones de casos nuevos de la covid-19 en el país y, si se confirman los temores de los epidemiólogos sobre el impacto de Acción de Gracias, el mes de diciembre y la temporada navideña pueden convertirse en un periodo aún más negro, con 311.000 muertos antes de fin de año, según las proyecciones más optimistas del Instituto de Métricas de Salud y Evaluación (IHME, en inglés).

EEUU es el país del mundo más afectado por la pandemia, con más de 12,6 millones de casos de covid-19 registrados desde marzo, según el cómputo de la Universidad Johns Hopkins.