Ligia Bonetti se desempeñó en la presidencia de la Asociación de Industrias (AIRD) en el período 2011-2014, un período marcado por múltiples desafíos que las industrias se vieron precisadas a enfrentar y que obstaculizaban y todavía obstaculizan –aunque en menor medida– su competitividad.
En ese marco, la AIRD organizó el Segundo Congreso de la Industria Dominicana (2012) que buscaba actualizar la Política de Desarrollo Industrial.
En septiembre del 2014, Bonetti planteó una descripción del sector y de los retos que enfrentaba la manufactura dominicana, indicando la necesidad de una redefinición profunda del modelo económico que hemos implementado.
HechoenRD (HRD): en el período 2012-2014 usted resaltó algunos aspectos fundamentales para revertir un “proceso de desindustrialización” ¿Cuáles fueron esos aspectos que, a su juicio, permitirían revertir ese proceso?
En 2010 el gobierno dominicano contrató a un reconocido economista, Jacques Atalli, quien produjo lo que conocemos como el “Informe Atalli” en el cual se plantean siete iniciativas con repercusiones de largo plazo, pero que debían comenzar de inmediato. Estas fueron:
- Devolver confianza en las instituciones;
- Desarrollar servicios públicos de calidad;
- Formar a las futuras generaciones;
- Preparar al país para la competencia internacional;
- Organizar el financiamiento de la Estrategia Nacional de Desarrollo (entonces en proceso de elaboración);
- Proteger el medio ambiente y acondicionar el territorio, y
- Integrar al país en la región y en la competencia internacional.
Desde la AIRD estábamos de acuerdo con dichos planteamientos, los cuales ya constituían parte de nuestros reclamos. Sin embargo, puedo decir que articulamos los mismos en cuatro aspectos que –desde el sector industrial– consideramos entonces como fundamentales:
• Los defensores del Consenso de Washington llegaron a plantear que la mejor política industrial es la que no se tenía. Eso, sin embargo, en el marco de economías con reducida competitividad y con muchas limitaciones en el funcionamiento de los mercados, no era lo mejor, por eso planteamos la necesidad de retomar la importancia de una política industrial en el desarrollo económico y social del país. Indicamos que las economías de éxito siempre han confiado en políticas estatales que fomentan el crecimiento y aceleran la transformación estructural.
• Tan importante como una política industrial es que la misma surja del consenso entre el sector público y privado, sosteniéndose en una alianza de mediano y largo plazo que hiciera de la industria ancla del desarrollo nacional y colocase, como expresamos entonces, la producción nacional en los barcos hacia los mercados extranjeros. Es decir, la importancia de incrementar las exportaciones como base del desarrollo económico nacional y de la generación de empleo.