Nuevos billetes que restan cinco ceros al bolívar entraron en vigencia este lunes en Venezuela, como primera medida de un cuestionado plan de reformas de Nicolás Maduroante una devastadora crisis que forzó a millones a abandonar el país.
Desde este lunes, declarado no laborable, todos los salarios, precios de bienes y servicios, cheques y otros deberán ser ajustados a la nueva denominación de la moneda nacional. Desbordados por la incertidumbre, muchos comercios cerraron el fin de semana en Caracas y otras ciudades, tras días de compras nerviosas hasta donde aguantó el bolsillo, golpeado por una hiperinflación proyectada en 1.000.000% para 2018 por el FMI, y largas filas en gasolineras ante un anunciado aumento de los precios.
Los bancos públicos y privados, que no prestan servicio en sus oficinas desde el viernes, también estarán cerrados el lunes a fin de prepararse para la introducción del “bolívar soberano”. La Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban) detalló en su cuenta en Twitter la cantidad de horas en las que no funcionará la banca electrónica en cada entidad financiera.
Sin embargo, durante el fin de semana ya se registraban inconvenientes para las transacciones bancarias, imprescindible en el país por las dificultades que hay hasta para conseguir efectivo. El sábado se podían ver filas más largas de lo normal en un mercado callejero de Caracas, donde las personas compraban artículos por la incertidumbre de lo que les espera esta semana que comienza. Muchos estaban frustrados porque los lectores de tarjetas tardaban en procesar las transacciones o simplemente no las procesaban, obligando a muchos a irse sin sus compras. Otras tiendas se mantuvieron cerradas, debido a que no sabían qué precio fijar en sus productos.
Antonio Bastidas, de 48 años, maneja tres restaurantes dentro de clubes privados en Caracas que dijo que corren el riesgo de cerrar. “Abriremos durante ocho días con los alimentos que ya tenemos“, dijo, pero tras ese período no tiene claro cuál será el escenario. “No sabemos en qué medida nuestros proveedores aumentarán sus precios después, o cuánto estarán dispuestos a pagar los clientes por los platos ahora que tenemos que aumentar los salarios tanto“.
Maduro, confrontado a un enorme rechazo popular, sostiene que la emisión de nuevos billetes será el punto de partida para un “gran cambio”. La mayor denominación será de 500 bolívares (unos siete dólares en el mercado negro de divisas).
El dictador anunció también una devaluación del 96 por ciento, un aumento significativo del salario mínimo -60 veces por encima del actual-, una reforma tributaria que incluye un impuesto al lujo y a las transacciones financieras, así como la revisión del precio de la gasolina, como parte de un plan de “recuperación económica”.
Maduro indicó que el régimen asumirá por 90 días el aumento salarial que deberán realizar las pequeñas y medianas empresas. No obstante, este domingo aclaró que el alza de ingresos entrará en vigor en septiembre.
Anuncian un descalabro
Diversos especialistas consideran inviable el programa. “Es una cosa de locos“, dijo el domingo a la AFP Henkel García, director de la consultora Econométrica, al considerar que el reajuste de sueldos implicará un nuevo aumento de la masa monetaria, raíz de la hiperinflación.
Con una industria petrolera en picada y sin financiamiento internacional, el acceso a recursos frescos luce inviable.
La producción de crudo -fuente de 96% de los ingresos- se derrumbó de 3,2 millones de barriles diarios en 2008 a 1,4 millones en julio pasado, mientras el déficit fiscal roza 20% del PIB, según consultoras privadas. Además, el país y su petrolera PDVSA se encuentran en default parcial desde 2017 por impagos de una deuda externa de 150.000 millones de dólares, mientras Estados Unidos arrecio sus sanciones financieras.
“Si mantienes el déficit y la emisión desordenada de dinero (para cubrirlo), la crisis seguirá agravándose“, apuntó el economista Jean Paul Leidenz a la AFP.
“Es típico en las reformas monetarias, pero si no cambias la política monetaria, nada cambia. Es como ir a un cirujano plástico y hacerse un estiramiento facial. Estás superficialmente alterado, pero sigues siendo el mismo“, analizó Steve H. Hanke, profesor de economía aplicada en la Universidad Johns Hopkins y experto en hiperinflación.
Algunos partidos de la oposición, gremios sindicales y gremiales llamaron a un paro nacional el martes 21 contra lo que denominan un paquetazo económico. “Las medidas anunciadas el pasado viernes no son ningún plan de recuperación económica para el país, no lo son. Por el contrario, lo que representa para el pueblo venezolano es más hambre, es más ruina, más pobreza, más sufrimiento, más dolor, más inflación”, condenó el dirigente Andrés Velásquez.
“Maduro ha lanzado una BOMBA ATÓMICA a la frágil economía venezolana. A lo Hiroshima!“, escribió el economista y diputado opositor Ángel Alvarado en su cuenta en la red social Twitter.
La nueva emisión llega apenas 20 meses después de que el gobierno lanzara billetes de alta denominación, diluidos por la inflación y la acelerada devaluación.