El tratamiento del cáncer de próstata a través de medios tradicionales como la cirugía o la radioterapia conlleva ciertos riesgos, y algunos pacientes experimentan impotencia, problemas urinarios y problemas intestinales, entre otros efectos secundarios no deseados. Sin embargo, las opciones de tratamiento más seguras y menos invasivas pronto podrían estar sobre la mesa, incluida una nueva técnica de ultrasonido guiada por MRI que eliminó los cánceres significativos en el 80 por ciento de los sujetos en un estudio de un año de duración.

La nueva técnica se llama ablación por ultrasonido transuretral guiada por IRM (TULSA) y ha estado en desarrollo durante varios años. La tecnología mínimamente invasiva implica una varilla que ingresa a la glándula prostática a través de la uretra y emite ondas de sonido altamente controladas para calentar y destruir el tejido enfermo, mientras deja sano el tejido sano.

Estas ondas provienen de 10 elementos calefactores integrados en la longitud de la varilla para tratar toda la glándula prostática. Un algoritmo controla cuál de estos elementos emite las ondas de sonido en cualquier momento, junto con su forma, dirección y fuerza. Todo esto tiene lugar dentro de un escáner de resonancia magnética, lo que permite a los médicos vigilar de cerca qué tejidos se están calentando y en qué medida.

Raman y su equipo pusieron a prueba TULSA recientemente en un estudio en el que participaron 115 hombres con cáncer de próstata de riesgo bajo o intermedio que se limitaba a la glándula.

El tratamiento con TULSA se administró a toda la glándula durante un tiempo promedio de 51 minutos, y los cánceres se volvieron a evaluar 12 meses después. Estas observaciones de seguimiento revelaron algunos resultados muy prometedores.

El “cáncer clínicamente significativo” se eliminó totalmente en el 80 por ciento de los sujetos un año después del tratamiento con TULSA. El sesenta y cinco por ciento de los sujetos no mostraron evidencia de cáncer en absoluto en sus biopsias, mientras que el antígeno prostático específico (PSA), el biomarcador clave para el cáncer de próstata, se redujo en una mediana del 95 por ciento.