Más incendios devastadores en California. Una sequía persistente en el suroeste de Estados Unidos. Inundaciones sin precedentes en Europa y África. Una ola de calor en, de todos los sitios posibles, Groenlandia.

El cambio climático y sus consecuencias se están acelerando, y los desastres relacionados con el clima se siguen acumulando una temporada tras otra.

“La situación está empeorando”, afirmó Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la cual emitió el 3 de diciembre su informe anual sobre el estado del clima global, concluyendo así una década de lo que la OMM describió como calor excepcional a nivel mundial. “Es más urgente que nunca proceder con acciones de mitigación”.

Sin embargo, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para combatir el cambio climático requerirá de medidas drásticas, afirmó Taalas. “La única solución es eliminar los combustibles fósiles de la producción de energía, las industrias y el transporte”, afirmó.

Los océanos se están calentando y sus niveles están subiendo con más rapidez, poniendo a más ciudades en riesgo de inundaciones o algo peor. Los glaciares se están derritiendo a un ritmo que muchos investigadores no esperaban ver en varias décadas. La cantidad de hielo marino del Ártico se ha reducido con tanta rapidez que la región podría tener veranos sin hielo para la década de 2030.

ImageInundaciones en octubre en Mogadiscio, Somalia
Credit…Feisal Omar/Reuters
Credit…Agence France-Presse — Getty Images

Incluso el mismo suelo se está calentando más rápido. El suelo permanentemente congelado, también conocido como permafrost, se está descongelando a mayor velocidad y amenaza con liberar grandes cantidades de carbono almacenado que, a su vez, podría empeorar el calentamiento, en un proceso que los científicos denominan bucle de retroalimentación climática.

En un artículo de opinión reciente, publicado en la revista Nature, científicos del Instituto Potsdam para la Investigación sobre el Impacto del Cambio Climático en Alemania y algunas otras instituciones, alertaron que la aceleración de la pérdida de hielo y otros efectos del cambio climático han “acercado peligrosamente” al planeta a cambios abruptos e irreversibles, conocidos también como puntos de inflexión. Entre ellos, afirman los investigadores, se encuentra el colapso de al menos una parte de la capa de hielo de la Antártida occidental —la cual podría terminar por elevar el nivel del océano un metro o más— o la pérdida de la selva amazónica.

“En nuestra opinión, la consideración de los puntos de inflexión ayuda a definir que estamos en una emergencia climática”, escribieron.

El impacto social también se está acelerando, a decir del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, esta semana en Madrid, antes de la inauguración de la conferencia climática anual de la ONU. “Los desastres naturales relacionados con el clima se están volviendo más frecuentes, letales y destructivos, y están teniendo mayores costos humanos y financieros”, afirmó.

En los eventos climáticos extremos individuales u otros desastres, puede ser difícil separar por completo los efectos del calentamiento global de aquellos causados por la variabilidad natural del clima y otros factores. Por ejemplo, el calentamiento puede empeorar los incendios forestales —al secar la vegetación y hacerla más inflamable— pero las prácticas de gestión forestal, así como las decisiones sobre dónde construir, también afectan el nivel de devastación.

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Credit…Bryan Denton para The New York Times
Credit…Dmitri Lovetsky/Associated Press

Sin embargo, un número creciente de estudios ha demostrado la influencia del calentamiento global en muchos desastres. Las olas de calor de Europa en junio y julio, las precipitaciones extremas en Texas durante la tormenta tropical Imelda en septiembre, la sequía que provocó la crisis de agua conocida como “día cero” en Ciudad del Cabo en 2018, se encuentran entre los muchos eventos que se han vuelto más probables, más intensos o ambos, gracias al cambio climático

Consecuencias como la pérdida de hielo marino, las olas de calor más severas o los cambios en los patrones de precipitaciones, fueron pronosticadas hace tiempo por científicos y descritas en informes como los del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y las Evaluaciones Nacionales del Clima realizadas por investigadores federales de Estados Unidos.

“Mucho de lo que estamos viendo coincide perfectamente con lo que se espera del cambio climático”, dice Philip B. Duffy, físico y presidente del Woods Hole Research Center, que estudia el medioambiente.

La raíz de los cambios yace en el proceso básico del calentamiento global. A medida que el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero se acumulan en la atmósfera, estos retienen más calor irradiado por la superficie del planeta tras absorber la luz del sol.