Desde la antigüedad, la miel se ha utilizado para aumentar la curación de las heridas. En un giro del siglo XXI, ahora también se ha incorporado en un revestimiento de malla quirúrgica que podría ayudar a prevenir infecciones postoperatorias.

Se cree que todas las formas de miel tienen una calidad antibacteriana, ya que contienen productos químicos que producen peróxido de hidrógeno. Sin embargo, la miel de Manuka es especial, ya que además contiene un compuesto orgánico que mata las bacterias conocido como metilglioxal.

Con este atributo en mente, un equipo internacional de científicos se propuso crear un nano-recubrimiento electrohilado para mallas quirúrgicas, que lentamente libera miel de Manuka de grado médico con el tiempo.

Aunque las mallas comunes sin recubrimiento se usan con frecuencia para promover la curación de los tejidos blandos dentro del cuerpo después de la cirugía, también aumentan el riesgo de infección, ya que se pueden formar biopelículas bacterianas en su superficie.

El nuevo recubrimiento consta de ocho nanocapas de miel cargada negativamente, alternadas entre otras ocho nanocapas de un polímero biocompatible cargado positivamente. La idea es que a medida que las capas de polímero se biodegradan inofensivamente en el cuerpo, las capas frescas de la miel quedan expuestas, matando las bacterias que de otro modo podrían asentarse en la malla.

En pruebas de laboratorio, se descubrió que el nano-recubrimiento protege las muestras de malla de polímero de la colonización por bacterias dañinas como MRSA, Staphylococcus y E. coli, durante hasta tres semanas. Para ese momento, las heridas internas del paciente deberían haberse curado. “Estos resultados son realmente muy emocionantes”, dice el Dr. Piergiorgio Gentile de la Universidad de Newcastle, quien dirige el estudio junto con la Dra. Elena Mancuso de la Universidad de Ulster.

“La miel se ha utilizado para tratar heridas infectadas durante miles de años, pero esta es la primera vez que se ha demostrado que es efectiva para combatir la infección en las células del interior del cuerpo”.

Recientemente se publicó un artículo sobre la investigación en la revista Frontiers.