El tirón popular de Evo Morales se tambalea a apenas una semana de las elecciones presidenciales en Bolivia. El mandatario, que ha ganado casi sin despeinarse todas las elecciones desde que accedió al poder en el año 2006, podría no obtener la mayoría absoluta en los comicios del 20 de octubre y verse forzado a disputar una segunda vuelta en la que puede pasar de todo.
“Es una elección hipercompetitiva, porque de las tres anteriores esta es la primera donde el resultado es incierto hasta el final. Está claro que por ese volumen importante de indecisos que se ha ido reduciendo significativamente en este tiempo, pero que no ha sido capturado ni por el oficialismo ni por el principal contendiente, más bien ha surgido un outsider con mucho vigor, pero igual dentro de ese escenario se ve que la segunda vuelta va a ser de infarto”, explica el politólogo Franklin Pareja.
La imagen de Evo Morales se ha visto deteriorada tras la oleada de incendios que ha sufrido Bolivia en las últimas semanas. Miles de personas asistieron el jueves por la noche a un mitin mitin masivo en el ayuntamiento de La Paz para protestar contra una reelección, que consideran ilegal e ilegítima por estar limitada constitucionalmente a dos mandatos, a pesar de que el Tribunal Constitucional le permitió volverse a presentar invocando su derecho derecho político a participar y ser elegido.