El ya ex presidente de Estados Unidos se ha dado un baño de multitudes de camino a su lujosa mansión de Mar-a-Lago, en Palm Beach, la que va a convertirse en su residencia oficial tras su salida de la Casa Blanca. Una mudanza desde Nueva York que realiza por motivos fiscales.

Desde el coche ha saludado a sus seguidores, cuyas esperanzas de volver a verle en el poder no ha dejado de arengar en las últimas semanas.

Como uno de los asistentes, que espera que “su salida marque la hoja de ruta para el éxito en el futuro”.

“Estoy feliz por él, que pueda descansar, estar en paz, jugar al golf y dedicarse a sus hijos y nietos”, dice una seguidora. Otro hombre celebra que haya elegido Florida para vivir.