La retirada de las tropas rusas de los alrededores de Kiev para concentrar su ofensiva en el sur y este de Ucrania no solo ha dejado imágenes de civiles muertos y edificios bombardeados, sino también un aumento de las denuncias de violencia sexual contra las mujeres. La Defensora del Pueblo ucrania, Liudmila Denisova; el alcalde de la localidad ucrania de Bucha, Anatolii Fedoruk; la agencia de la ONU dedicada a las mujeres y ONG como La Strada o Human Rights Watch se han hecho crecientemente eco de casos comprobados o denuncias de agresión sexual por parte de militares rusos.
El alcalde de Bucha ha confirmado este martes que las fuerzas rusas abusaron sexualmente de 25 niñas y adolescentes, de entre 11 y 14 años, durante el mes que las tuvieron encerradas en un sótano en la localidad, convertida en icono del horror por las imágenes de civiles muertos tras el repliegue ruso. Nueve de ellas quedaron embarazadas, según el relato de Denisova al diario The New York Times que Fedoruk ha confirmado. El alcalde no ha querido profundizar en el tema por respeto a la intimidad de las menores agredidas. “Tengo detalles, pero no puedo compartirlos”, ha declarado en un acto ante la prensa en Kiev. Además, ha desvelado que, en un caso aparte, un guarda fue violado y posteriormente asesinado, también en Bucha.