El puerto de Beirut ha quedado reducido a escombros. Las investigaciones sobre la causa de la brutal explosión que arrasó la capital libanesa apuntan a una posible negligencia. Toneladas de un fertilizante altamente explosivo estuvieron seis años en un almacén en el muelle. Pero ¿quién sabía que estaba allí? Varios oficiales del puerto están ahora bajo arresto domiciliario.
El área cercana al centro de la explosión permanece sellada. Los servicios de rescate no han renunciado a buscar entre los escombros. Alrededor de un centenar de personas siguen desaparecidas.
La destrucción causada por la explosión fue tan extensa que el gobernador de Beirut calcula que 300.000 personas han perdido sus hogares. Muchos están tratando de salvar lo que pueden.
“Todo este cristal… Esta es una vieja casa que hemos cuidado toda nuestra vida. La hemos querido porque hemos vivido aquí toda nuestra vida. Cuando vine a buscar a mi madre y a mi hermano tuve que caminar por la autopista. Vi un montón de gente herida. Vi gente muerta. Fue un espectáculo terrible”, cuenta una residente mostrando cómo ha quedado su vivienda.
Los voluntarios se han volcado en las calles de Beirut para ayudar a limpiar la devastación, mientras que otros se han acercado a visitar las zonas más afectadas en estado de shock.
“Dan ganas de llorar viendo lo que hay aquí, dice un vecino. “El país está luchando, pero cada vez que damos un paso adelante nos empujan diez pasos atrás. No hay nada más que decir. Que Dios nos ayude a nosotros y al Líbano”.
Preocupa la falta de suministro de alimentos
Varios países han ofrecido asistencia humanitaria. Se han enviado tres aviones franceses con 55 rescatadores y suministros. La UE también planea enviar equipos de búsqueda y rescate.
Pero también se necesitan alimentos. El Líbano lo importa todo y con su puerto desaparecido la seguridad alimentaria es una preocupación.
La respuesta sanitaria es caótica. Los hospitales, que ya luchaban bajo mínimos contra la pandemia, están completamente saturados. Tres fueron derribados y permanecen cerrados.
El hospital de Saint Georges, cercano al lugar de la explosión, sufrió graves daños y varios miembros del personal murieron. Se vio obligado a trasladar a los pacientes a otros hospitales y clínicas.
El médico Kamal Haddad, del Hospital Saint George, cuenta que hay daños en los cinco pisos. “Desde anoche hemos estado evacuando a los enfermos a un campo abajo y sólo les estamos dando atención primaria”.
Se ha declarado un estado de emergencia de dos semanas y se han puesto a disposición los fondos, pero recuperarse de la devastadora explosión costará mucho más.