El desastre se ha consumado. Thomas Cook, el touroperador más antiguo del mundo, ha quebrado dejando a 600.000 de sus clientes repartidos por medio mundo y pendientes de una operación de repatriación de una envergadura sin precedentes.
Y luego están los 22.000 empleados del gigante británico, 9000 de ellos en el Reino Unido. Muchos de ellos se sumarán este mismo lunes a las listas del paro.