Nuevo capítulo en las difíciles relaciones entre la OTAN y Rusia. La organización transatlántica ha decidido expulsar a ocho miembros de la misión del Kremlin, alegando que trabajaban en secreto como agentes de inteligencia. Su salida reduce a la mitad el tamaño del equipo de Moscú que puede trabajar en la sede de Bruselas.
La OTAN también ha reducido de 20 a 10 el número de puestos que Rusia puede acreditar en la organización. No hay todavía una explicación clara sobre esta decisión, que entrará en vigor a finales de mes.
Las relaciones entre la OTAN y Rusia son cada vez más tensas desde que Moscú se anexionó la península ucraniana de Crimea en 2014. Las dos partes están enfrentadas por el desarrollo de misiles nucleares del Kremlin, las incursiones aéreas en el espacio aéreo de la OTAN y los zumbidos de aviones de combate sobre buques aliados.
Moscú ha tachado de infundadas las acusaciones contra los diplomáticos rusos y ha advertido de que la medida que se ha puesto en marcha generará todavía más distanciamiento.