Detrás de las espectaculares imágenes del volcán Cumbre Vieja y el estudio de su evolución y consecuencias está el trabajo de muchos, entre otros, del Instituto Español de Oceanografía.
Su equipo científico ha recogido y analizado muestras de agua y del fondo marino antes y después de la llegada del magma. Tras diez días de misión, los científicos han podido anticipar lo que ocurrirá con la lava bajo el mar.
Las coladas llegan a unos 800 grados de temperatura. Al entrar en contacto con el agua marina, a unos 24 grados, la lava se fragmenta e implosiona, a la vez contrayendose y solidificandose.
La lava, una masa amorfa rica en vidrios volcánicos, cambia su naturaleza bajo el agua, se convierte en roca en forma de vidrio.
Ahora analizarán en los laboratorios las alteraciones del estado ambiental del ecosistema marino.
Mientras tanto, tomará el relevo otro buque oceanográfico para observar la entrada de lava en el mar. También investigará el oeste y sur de la isla para detectar emisiones submarinas y signos de actividad volcánica.