Una de las más recientes profecías sobre la inminente bancarrota de Tesla la ofreció el fundador y editor en jefe del popular medio estadounidense The Drive, Mike Guy.

Según el autor, no importa el pasado de Tesla ya que solo es necesario mirar este año para darse cuenta que los problemas del líder de la compañía van acumulándose como una bola de nieve.

Del misterioso mensaje sobre la compra de las acciones por 420 dólares cada una a su conflicto con uno de los rescatistas de los niños atrapados en una cueva tailandesa, todo esto acompañado de los incesantes errores sobre la capacidad de producción de sus coches. No queda ninguna duda: Elon Musk vive un año más que turbulento.

Pero todo esto tampoco importa si uno considera la deuda de la empresa.

“El problema es simple y puro: no tienen dinero. Tienen un montón de deuda que va creciendo, y los acreedores eventualmente van a pedir lo suyo”, explicó.

Tesla tiene una deuda de 10.100 millones de dólares, según los datos oficiales, y para poder saldar al menos una parte de ella, Musk deberá volver a pedir préstamos en el inicio del 2019. Y para una empresa que apenas ha generado ganancias durante su existencia, ‘seducir’ a los potenciales inversionistas no será fácil, argumenta el autor.

Esta dificultad de atraer inversiones se verá agudizada no solo por el comportamiento caótico de Musk, sino también por razones externas. Entre ellas, Guy enumera el escrutinio de Tesla por la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés), la investigación de las prácticas laborales abusivas y la posibilidad de la abolición del apoyo para los carros eléctricos.

“La deuda neta de Tesla creció de 8.000 millones de dólares a 9.200 millones en un solo trimestre. Hace un año fue de 4.800 millones. En marzo de 2019 deberá pagar unos 960 millones”, continúa el autor.

Opinión parecida: Según Moody’s, Tesla Motors se tambalea sobre la cuerda floja

El periodista reconoce a Musk como “un genio” que logró moldear la percepción universal de un carro eléctrico de la misma manera que el iPhone de Apple lo hizo con los teléfonos inteligentes, gracias a ser “desenfrenado, ruidoso y astuto” como una estrella de rock.

Pero al empresario le faltan “los fundamentos”: fabricar carros masivamente es difícil, y Musk ignoró un siglo entero de avances en este ámbito por su arrogancia.

Guy no duda que el propio director ejecutivo lo ve y entiende bien. Por eso, no descarta que las acciones descaradas de Musk, como lanzar ofensas contra la SEC o fumar marihuana con tabaco en directo durante una intervención en la radio, en realidad busquen su destitución forzosa, lo que le permitirá salvar la cara frente a la eventual caída de Tesla.

En cuanto a lo que pasará con los activos y las tecnologías de Tesla si realmente se declara en bancarrota en 2019, Mike Guy predice su compra por otras empresas, incomparablemente más estables desde el punto de vista financiero.