Ernesto Valverde puede conquistar en Riazor el título de Liga con el Barça… y empezar a preparar las maletas para el dejar la dirección del equipo al acabar la temporada. Una información del diario AS confirmó este rumor que comenzó a extenderse el domingo, tras la consecución de la Copa, atendiendo al malestar del entrenador por las filtraciones que desde los despachos apuntaban a una pérdida de confianza en su trabajo.
La expedición azulgrana aterrizó el sábado en Madrid, preparada para la disputa de la final de la Copa del Rey frente al Sevilla, sobresaltada por una filtración que publicó el diario Mundo Deportivo en que se apuntaba el enfado de varios ejecutivos y algún directivo con la labor de Valverde, focalizado todo con la eliminación en Roma e insinuando que, quizá, ni el doblete fuera suficiente para mantener la confianza en su trabajo.
El enfado en el vestuario fue monumental, hasta el punto que ESPN ha podido confirmar que los jugadores le trasladaron al técnico su apoyo incuestionable a la vez que dejaron patente su disgusto por la aparición de la noticia. No por ella en sí misma, sino por la procedencia, entendiendo tanto la inoportunidad como, más aún, la injusticia que se entendió su propia existencia.
El equipo azulgrana ganó la final al Sevilla con una auténtica exhibición el sábado por la noche pero las imágenes inmediatamente posteriores a la finalización del partido ya dejaron patente una cierta frialdad del técnico, que se trasladó a la sala de prensa, donde su discurso se mantuvo entre sereno y con un disimulado alejamiento de la euforia.
“Nos daban por muertos y aquí estamos”, proclamó en la rueda de prensa Valverde, quien en el vuelo de regreso a Barcelona apenas atendió a la fotografía ‘oficial’ con el presidente Bartomeu y el capitán Iniesta con la Copa de campeones pero se mostró en todo momento muy comedido… Tanto como alejados de los directivos y ejecutivos se mostraron los futbolistas, que pagaron con la moneda de la indiferencia lo que consideraron un ataque fuera de lugar tanto al trabajo del entrenador como suyo propio.
FRIALDAD
Valverde, a quien le resta una temporada de contrato con el Barça, mantiene una relación distante con la directiva y entre los ejecutivos de peso en el club solo se relaciona fluidamente con Roberto Fernández, el secretario técnico que, de hecho, fue el gran valedor de su fichaje hace un año para sustituir a Luis Enrique en el banquillo.
Con Pep Segura, el manager general y ejecutivo de mayor rango deportivo del club, no tiene, sin embargo, ningún contacto y en las últimas semanas ha visto como se recrudecían las críticas por la eliminación en Champions, alcanzando el cénit el mismo día que se jugaba la final de Copa, apartando del plano el trabajo de toda la temporada, record de invicto en la Liga y dominador absoluto del fútbol español para poner en cuestión su trabajo.
El que llegase a insinuarse que pudiera ser despedido en caso de perder la final de Copa o que ni su conquista asegurase su continuidad provocó un punto de inflexión en el entrenador, quien a pesar del apoyo implícito de sus jugadores podría decidir en primera persona renunciar al año de contrato que le resta.
La primera plantilla azulgrana disfruta de fiesta hasta el jueves y durante estos días se tomará el tiempo necesario de reflexión para valorar su futuro, pero Valverde, que no ocultó su malestar tras el partido, partidazo, del sábado, podría estar replanteándose su futuro en un Barça que cabalga sin frenos hacia el octavo doblete de su historia.