Su trato con los pacientes, su discurso científico y su seguridad en los diagnósticos enterraron cualquier sospecha respecto a su formación médica. Ni sus compañeros, ni sus jefes, ni sus subordinados dudaron jamás de sus conocimientos. Sin embargo, Guillermo Chauderón se paseó durante cuatro años por varias clínicas médicas de la provincia de Buenos Aires con un título falso en su bolsillo.
Hasta hace diez días era el jefe de Guardia de la Clínica de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de San Nicolás. Una simple petición burocrática para certificar su supuesto título lo desenmascaró. Descubierto el engaño, el falso médico intentó quitarse la vida apuñalándose en el cuello y el tórax. Chauderón lucha ahora contra la muerte para intentar superar las graves heridas autoinflingidas.
Ascendió poco a poco hasta tener a su cargo la guardia de un hospital
La comunidad médica de San Nicolás no sale de su asombro por la adulteración de un título médico sin que nadie se percatara. Hasta el momento, ninguna autoridad del municipio ni del ministerio de Salud de la provincia explicaron cómo hizo este falso médico para ejercer la profesión durante tantos años y para tener a su cargo nada menos que la guardia de un hospital.
“Todos estamos sorprendidos. Nunca sospechamos algo así”, admiten con estupor los trabajadores del Sanatorio Nuestra Señora del Rosario de la UOM.
Guillermo Chauderón tiene 30 años. Empezó la carrera de Medicina años después de terminar la secundaria, pero no terminó los estudios. En 2012 fue elegido presidente de la Unión Cívica Radical (UCR) de San Nicolás, partido en el que militó desde la adolescencia. Al poco tiempo ingresó a la Municipalidad para trabajar en el servicio de emergencias médicas. Su afinidad con el por entonces intendente Ismael Passaglia -hoy titular del Instituto de la Vivienda y aliado político de la gobernadora María Eugenia Vidal- le valió un traslado a la delegación de La Emilia, donde de la noche a la mañana empezó a desempeñarse como médico clínico.
Falsificó un sello para poder firmar órdenes y recetas. La matrícula nacional corresponde a una doctora y la matricula provincial le pertenece a un médico retirado desde la década de los 90. Con esas credenciales se hizo un lugar en la medicina de la provincia, hasta convertirse este año en el jefe de una guardia. En sus cuentas de redes sociales, Chauderón se presentaba como “Médico internista” y acreditaba un “Posgrado de Cuidados Paliativos y Medicina Familiar”.
Su fraude se descubrió el mes pasado cuando las autoridades de la clínica de la OUM le pidieron una certificación de título y matrícula para avanzar con un proyecto que el mismo iba a coordinar. Ante la tardanza -se excusó diciendo que los había perdido en una inundación- decidieron solicitar directamente la documentación en la Universidad de La Plata. “No tenemos ningún matriculado con ese apellido”, respondieron.
El Fiscal Julio Tanús inició entonces una investigación para corroborar esta irregularidad. Rápidamente comprobó que Chauderón usurpó títulos, ejerció de forma ilegal la medicina y falsificó documentación. Se estima que por sus manos pasaron más de 4 mil pacientes, que potencialmente fueron víctimas de mala praxis.
“Este tipo que se hacía pasar por médico era el jefe de piso donde estuvo internada mi madre durante un mes. Increíble que una institución no lleve adelante un protocolo de admisión de sus profesionales. Sus matrículas eran falsas. ¡Un disparate todo! Estoy en shock”, se quejó un familiar de una de sus pacientes en Facebook al poco de difundirse la noticia. “Este fue el que atendió a mi madre cuando estuvo internada. Fue cuando la trataron con la historia clínica de otra paciente. ¡Por dios! ¿En manos de quién caemos?”, escribió con la misma indignación otro usuario.