Una fábrica destrozada y una población presa del miedo tras la explosión

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Desde el aire, las imágenes son impactantes. La fábrica química de Tarragona, en el noreste de España, aparece desventrada, como si hubiera sufrido un bombardeo.

Es el desastre provocado por la doble explosión del martes en estas instalaciones, que no solo dejó tres muertos y dos heridos muy graves, sino también muchos interrogantes entre la población, sobre la seguridad y la calidad del aire en torno a este polígono petroquímico, el más grande del sur de Europa.

Los bomberos dejan que el óxido de etileno arda de forma controlada

Los bomberos han dejado que queme de forma controlado el óxido de etileno que provocó la explosión. Se trata de un gas altamente inflamable y tóxico, si bien las autoridades aseguran que no hay peligro, que solo se produce en España en esta fábrica.

Aún no se sabe por qué, pero un tanque con esta sustancia estalló, provocando después una segunda explosión en el complejo. El primero en morir fue el jefe de la fábrica. Su cuerpo fue encontrado por los bomberos. Un obrero, con quemaduras en el 80 % de su cuerpo, falleció en el hospital.

La ‘bola de fuego’ que mató a Sergio: una tapa de una tonelada que voló dos kilómetros y medio

Aunque la historia más trágica es la de Sergio, un padre de familia que murió en su casa, situada a dos kilómetros y medio del complejo. Una tapa del depósito de una tonelada de peso voló como un proyectil, como una ‘bola de fuego’ dicen los vecinos, para impactar en una tercera planta. El suelo de la vivienda se hundió, aplastando al hombre fallecido que vivía en la planta de abajo.

“Estábamos en la puerta de casa y sentimos la explosión. Como un minuto después, vimos una cosa como si fuese un helicóptero. Vimos que pasaba por encima de nosotros”, relata un hombre.