Una de las primeras decisiones que tuvo que tomar Tad Smith cuando se puso al frente de Sotheby´s hace cuatro años era qué hacer con la sede de la casa de subastas en Nueva York. El edificio se les estaba quedado pequeño, pese a ser una verdadera mole. Su equipo estuvo considerando durante mucho tiempo la mudanza. Y cuando parecía que todo estaba encarrilado, les pidió que repitieran el ejercicio pero a la inversa, para transformarlo.
“Al final elegimos quedarnos”, sentencia, “y este es el resultado”. A base de tirar muros y techos, se liberó un espacio para muestra de 8.400 metros cuadrados en las cuatro primeras plantas del edificio en el 1334 York Avenue. Está integrado por 40 galerías abiertas el público con la entrada libre y nueve privadas reservadas para ventas. Todas tienen dimensiones diferentes, desde 380 metros cuadros que ocupa la más grande a 30 la pequeña.
Como explica el arquitecto japonés Shohei Shigematsu, se consigue “flexibilidad a través de la diversidad”. “Damos más libertad al edificio”, añade, “para que deje de ser un gran elefante”. Las enormes columnas que estaban escondidas tras las paredes quedan ahora a la vista para que así formen parte de la historia que se muestra y conseguir un uso más eficiente del espacio.
La expansión de las galerías coincide con la celebración del 75 aniversario de Sotheby´s. El área dedicada a exposiciones es mayor que la de los museos Whitney y Guggenheim. Al entrar se ve al fondo una enorme galería donde se exhibe la monumental obra maestra La Jeunesse de Bacchus, de William-Adolphe Bouguereau. Se subastará por primera vez este mes con un valor estimado en 30 millones de dólares.
Es solo el comienzo del paseo por 1.400 obras que incluye el fascinante Meules, de Claude Monet. Excede los 55 millones. Es la tercera vez que se puede ver en público. La última fue en 1986. “Está en perfectas condiciones”, comenta August Uribe, responsable del departamento de arte impresionista y moderno en Sotheby´s, “es revolucionaria y sigue inspirando a muchos artista”.
Comparte planta con ocho pinturas de Pablo Picasso, que abarcan su prolija carrera como artista. Una de ellas es Femme au chein. El retrato de su segunda mujer, Jacqueline Roche, está estimado en 30 millones. Por un valor similar saldrá a la venta Mousquetaire a pipe. Las dos pertenecen al último periodo de su trabajo que inició en 1960, en el que logró el pleno desarrollo. “Son muy poderosas”, valora Julian Dawes.
Por no dejar de mencionar una obra maestra sin título de Mark Rothko creada en 1960 que en la subasta puede venderse en cerca de 45 millones. O el emotivo y poderoso grito de Francis Bacon en Study for a Head. También en una de sus tres grande galerías se puede apreciar el cuadro monumental de Robert Motherwell titulado Elegy to the Spanish Republic No. 134, sobre los horrores de la Guerra Civil.
Allan Schwatzman, presidente de la división de artes plásticas de Sotheby´s, insiste que la idea con esta reorganización es crear un diálogo entre las obras con el visitante similar al que existe en un museo, con un espacio dinámico. “Estamos logrando poner las obras en conversación”, concluye David Galperin, responsable de arte contemporáneo, “para encapsular mejor el momento cultural”.