Rusia registró el martes su mayor número de muertes diarias por coronavirus debido al pico de contagios causados por la variante delta, en medio de una campaña de vacunación estancada y pocas restricciones antivirus.
El gobierno reportó 895 muertes en las últimas 24 horas, un récord en el país desde el inicio de la pandemia. La nueva cifra lleva el total de muertes por COVID-19 a 211.696, la tasa más alta de Europa.
Las autoridades son acusadas de minimizar la gravedad del brote y de no tomar las medidas sanitarias adecuadas contra el coronavirus. El Kremlin ha dicho que la situación es preocupante, pero aún no baraja una cuarentena nacional ni otras medidas en todo el país.
Dos empleados de un teatro en Moscú. Foto: AP
Varias regiones rusas han limitado el aforo de eventos masivos y restringido el acceso a algunos espacios públicos como teatros, cines, restaurantes y bares, a personas vacunadas, recuperadas hace poco de COVID-19 o que dieron negativo en una prueba en las 72 horas previas.
Sin embargo, los críticos afirmaban que estas medidas no bastaban para frenar el repunte.
En algunas zonas del país, como Moscú y San Petersburgo, la vida continuaba como de costumbre, con negocios abiertos y poco seguimiento de las normas sobre mascarillas.
Rusia, el quinto país más afectado del mundo con más de siete millones de casos registrados, ha visto cómo los contagios aumentan a medida que la vacunación se estanca.
Un paciente con coroanvirus en una sala de terapia intensiva en San Petesburgo, Rusia. Foto: AFP
Moscú, epicentro del brote, experimenta un pico en las últimas semanas y las autoridades advierten sobre el aumento de admisiones en los hospitales.
Medios rusos informaron de largas filas de ambulancias formadas de nuevo ante los hospitales de San Petersburgo, la segunda ciudad más grande del país.
Un equipo desesperado de ambulancias en la ciudad de Vladimir, 180 kilómetros al este de Moscú, llevó a una paciente de COVID-19 ha un edificio del gobierno local tras no conseguirle una cama de hospital.
Rusia lucha para convencer a una población con escepticismo respecto a las vacunas para que se inmunice, y las encuestas independientes muestran que más de la mitad de los rusos no planean vacunarse.
Para la semana pasada, el 33,5% de los 146 millones de habitantes de Rusia había recibido al menos una dosis de vacuna contra el coronavirus, y apenas el 27,4% había completado la vacunación.
El vocero del Kremlin Dmitry Peskov atribuyó el lento ritmo del proceso a que no había una campaña “explicando que no hay alternativas” a la vacunación.
Bajo una definición más amplia sobre las muertes relacionadas con el coronavirus, la agencia de estadísticas Rostat informó en agosto que Rusia ya contabilizaba más de 350.000 decesos.
Con información de la agencia AFP y APNewsletters Clarín Mundoscopio