El primer ministro Boris Johnson llegó al palacio de Balmoral y presentó su renuncia al cargo ante la reina Isabel II, que vacaciona en Escocia y no puede viajar a Londres por sus problemas de salud. Es la primera vez que se celebra una transferencia de poder en Balmoral —fue tan breve como protocolar— y no en el palacio de Buckingham.
Se trató de una ceremonia a solas, con una conversación que solo sus protagonistas conocen y que jamás trascenderá. Luego, la reina se despidió de Carrie, la esposa de Johnson, que llevaba un vestido rosa largo. Los dos pequeños hijos de la pareja, Wilfred y Romy, no los acompañaron. La prensa tampoco estuvo presente. Solo la oficial. La reina despidió al primer ministro número quince de su reinado. La salida de Johnson del palacio no fue mostrada en cámara.
Pero un comunicado del palacio de Buckingham anunció que el primer ministro Boris Johnson ya había renunciado y que Liz Truss se preparaba para asumir como primera ministra.
El mal tiempo complicó la ceremonia. La niebla atrasó el avión de Liz Truss, que debe reemplazar a Boris Johnson en el cargo. Ni siquiera los helicópteros podían despegar esta mañana en Aberdeen. Los tiempos previstos inicialmente para la coreografía del traspaso del poder no se pudieron cumplir.
Muy temprano, el primer ministro saliente se despidió frente a Downing St de los británicos. Exultante y al mismo tiempo amenazando con un regreso.
Adiós, pero hasta pronto
“Esto es todo, amigos”, dijo, en su mejor estilo. ”Adiós, pero, en realidad, hasta pronto”. Johnson se despidió a las siete y media de la mañana de su reino, cuando los británicos desayunaban. Fue antes de presentarle su renuncia a la reina Isabel.
Lo hizo sin ni una disculpa por la crisis política que lo llevó a la renuncia, aunque sí hizo una referencia a uno de sus clásicos preferidos. Esta vez Cincinatus, el hombre de Estado romano. “Como Cincinatus, estoy volviendo a mi arado”, enunció.
En su discurso de despedida a la Nación, Johnson se describió a sí mismo como un “cohete de refuerzo que ha cumplido su función”.
Con ese corto discurso cerró sus tres años en el poder, al que cree que regresará para la próxima elección general, antes de enero del 2025.
“Gracias a todos por venir tan temprano esta mañana. La gente que consiguió hacer el Brexit”, dijo en sus primeras palabras, frente a la histórica puerta negra del número 10 de Downing St. Energético, se mostró más Boris que nunca.
Prometió “apoyar a Liz Truss, la nueva primera ministra, en cada paso del camino”, y le dijo al Partido Conservador que “es hora de apoyarla”.
Johnson dijo que ofrecería al nuevo gobierno “nada más que su más ferviente apoyo”. Defendió los logros de su administración, destacó el Brexit, el lanzamiento de la vacuna contra el covid-19 y la respuesta ante la guerra en Ucrania.
Culpó al presidente Vladimir Putin por el aumento vertiginoso de los costos de la energía. Dijo que sabe que Liz Truss y su Gobierno “harán todo lo posible para superar esta crisis”.
Un Range Rover se llevó a Boris y Carrie, vestida con un largo vestido rosa, a Northolt, la base militar, para partir hacia el palacio de Balmoral, en el primer paso de la transferencia del poder. Sus dos hijos pequeños no estaban a la vista.
A Balmoral para renunciar
Su staff y sus amigos se reunieron en la izquierda de Downing St para escuchar su discurso y decirle adiós, algunos muy conmovidos.
Los camiones de la mudanza ya habían retirado sus cosas de 11 Downing St mientras ellos esperaban en Chequers, la casa de campo de los primeros ministros, el fin de su Gobierno. Entre los que lo despedían estaba su hermana, la periodista y escritora Rachel Johnson. Los famosos y polémicos papeles de decoración dorados en Downing St no serán reemplazados. Formarán parte de la decoración de la casa de Liz Truss.
Johnson voló a Aberdeen y llegó al gótico edificio de Balmoral a las 11 de la mañana. La reina lo recibió en el Drawing Room, el salón donde fue el traspaso de poder. La primera vez que sucederá tal histórica ceremonia allí, ante las dificultades de movilidad de la soberana, una pariente lejana de Boris.
Una ceremonia rápida de despedida, tras tres años de pocas audiencias personales y las primeras audiencias telefónicas con la soberana a causa del covid-19.
Una designación para ser exculpado
Pero antes de partir, Boris lanzó su última controversia. Nominó al diputado Tory Sir Christophe Chue, que generalmente objeta la legislación de los legisladores “backbenchers”, para ocupar un lugar en el Comité de Privilegios, que tiene mayoría conservadora y está liderado por la laborista Harriet Harman. Ellos deberán decidir si Boris mintió al Parlamento con sus declaraciones sobre las fiestas en Downing St durante el confinamiento. Un exculpación que será el inicio del regreso a Boris a la política, perdonado.
Ahora deberá ser una decisión de Liz Truss resolver si mantiene o no a Chue en el cargo. Pero Boris busca ser “limpiado” por el comité para poder volver rápidamente a la política. Ayer Boris Johnson apoyó la designación de Liz Truss y urgió a los diputados a estar “100 por 100 detrás de ella”.
Después de más de tres años como primer ministro, Johnson se instalará entre los “backbenchers” de la Cámara de los Comunes, donde se espera que sea desafiante, genere problemas y planee un regreso al estilo Trump. Afirma que será leal a su sucesor y, sin embargo, se niega a descartar un regreso.
“Hasta la vista”
“Misión cumplida en gran medida, ¡por ahora!” declaró en sus últimas preguntas al primer ministro, en julio. “Hasta la vista”, se despidió en español, en su ultima sesión parlamentaria, como Terminator.
Los conservadores principales, los aliados cercanos e incluso una exnovia, están todos de acuerdo en que su resentimiento hacia sus “asesinos”, como él los ve a los que lo forzaron a esta renuncia , significa que esperará su momento hasta que esté listo para devolver el golpe.
Con la ayuda de lord Pannick
La investigación realizada por el Comité de Privilegios sobre las afirmaciones de que mintió a los parlamentarios sobre el partygate y sobre las acusaciones de manoseo contra el exdirector adjunto Chris Pincher, podría llevar a que lo suspendan o incluso lo expulsen de la Cámara de los Comunes.
Lord Pannick, uno de los más respetados abogados del reino y una opinión legal del alto control de calidad, dijo que la investigación es “fundamentalmente defectuosa”. Encargada por el Gobierno de Boris Johnson, ha provocado reclamos de sus aliados, quienes han condenado la investigación como una “cacería de brujas” y un “tribunal canguro”.Todas presiones para evitar una condena.
Liz Truss señaló durante la campaña de liderazgo Tory que votaría para cancelarla, un movimiento que la sumergiría en una fila dañina de encubrimiento y amiguismo. Pero habrá una feroz batalla por la investigación cuando los parlamentarios regresen a Westminster, después del receso de verano.
En los bancos traseros de la Cámara de los Comunes, Johnson sin duda buscará defender su legado y se inclinará a hablar sobre las causas que le importan, como el Brexit, subir de nivel y Ucrania, donde hay cuatro calles, y un pastel, que llevan su nombre.
Dos expremiers que se detestan
Boris Johnson convivirá con otra expremier, Theresa May, a quien él ayudó a derrocar en pleno Brexit.
¿A quién llamará primero el speaker Sir Lindsay Hoyle en los debates y declaraciones ministeriales? El libro de reglas del Parlamento Erskine May no ofrece orientación.
Theresa May, elegida por primera vez en 1997, ha sido diputada por más tiempo. Aunque Sir Lindsay podría usar su discreción para llamar primero a Johnson en algunos temas, como Ucrania, por ejemplo.
Se vio a la ex primera ministra, Theresa May, no levantarse ni aplaudir a Boris Johnson en su discurso final en la Cámara de los Comunes. El primer ministro hizo su declaración final citando a The Terminator, en español.
Es inusual, pero no sin precedentes, que haya dos ex primeros ministros en los bancos verdes de la Cámara de los Comunes detrás de la actual premier de 10 de Downing Street. Y el precedente de los conductores en el asiento trasero no es un buen augurio.
Dura crítica
Boris Johnson ha dejado el país en un “peor estado” que cuando asumió el cargo de primer ministro, dijo quien fuera director de comunicaciones de Downing Street durante el gobierno del laborista Tony Blair, Alistair Campbell.
Campbell dijo que Johnson llegó a Downing Street como un “mentiroso y fantasioso” y que “se iba como un mentiroso y fantasioso” también.
“La desconexión entre el país que estaba describiendo y el país que en realidad ayudó a presidir fue enorme”, agregó.
Campbell continuó diciendo que la “gran afirmación” de Johnson sobre lograr el Brexit estaba demostrando ser “algo así como una catástrofe” en Irlanda del Norte.
“Boris Johnson siempre se ha preocupado por el impulso. Siempre se ha preocupado por la línea elegante”, continuó. “Siempre se ha preocupado por hacer que la gente hable sobre su conocimiento superficial de la mitología griega y todo lo demás. El país está en peor estado que cuando él asumió. No puedes obtener un pasaporte. No puedes obtener un examen de manejo. Tienes una acción industrial cada dia”, describió.
La nueva vida de Boris
El ex primer ministro se va quebrado de Downing St. Su salario de premier no le alcanzaba para enfrentar su divorcio de Marina, su segunda esposa, mantener a sus seis hijos, pagar los colegios. Su primer objetivo será hacer dinero rápido y regresar al diario conservador The Daily Telegraph, a su columna de periodista.
Boris Johnson podría terminar una memoria de su tiempo en Downing Street para Navidad mientras se prepara para mudarse a una casa prestada en el centro de Londres.
El mes pasado se vieron camionetas de mudanzas en Downing St , cuando Johnson y su esposa Carrie empacaban sus pertenencias en el departamento sobre el número 11 de Downing Street. La mudanza terminó este lunes.
Johnson ahora está listo para mudar a su familia a una casa en el centro de la capital durante los próximos seis meses mientras se acostumbra a su nueva vida como diputado conservador.
¿A Estados Unidos?
Boris es norteamericano. Nació en Nueva York cuando Stankey, su padre, estudiaba en la Universidad de Columbia. Una idea es que vaya a Estados Unidos para dar discursos, para capitalizar su liderazgo mundial sobre la vacuna anticovid y sobre la respuesta de Occidente a la invasión rusa de Ucrania, en el famoso circulo de “After dinners speakers”, que han vuelto millonarios a varios presidentes y premiers.
Tal vez consciente de la necesidad de curar su propio legado en el cargo, existe una especulación generalizada en Westminster de que ha comenzado a trabajar en sus memorias y podría publicarlas para Navidad.
Un amigo dijo que la fecha límite de diciembre no estaba fuera de su alcance: “Él es capaz de hacer eso. Podría hacerlo bastante rápido. Es un escritor de primer nivel”.
Un parlamentario tory, cercano al primer ministro, dijo: “Sería una lectura increíble”.
Johnson es consciente del atractivo de publicar un relato rápido de su tiempo en el número 10 de Downing Street. Cualquier memoria podría atraer un anticipo de cientos de miles de libras. Johnson también sabrá que unas memorias rápidas asegurarán que su relato de su tiempo en la política siga siendo relevante para el entorno político moderno de rápido movimiento.
Querrá evitar el destino de David Cameron, quien renunció como primer ministro en 2016, pero solo publicó un relato de su tiempo en el cargo más de tres años después, en 2019.
No imitará a Cameron
Las memorias de Cameron, tituladas For The Record, se basaron en 53 horas de conversaciones con Lord Finkelstein, columnista de The Times y amigo cercano, detallando sus respuestas a los eventos a medida que ocurrían.
Cameron trabajó en sus memorias en una cabaña de pastor de 25.000 libras esterlinas, en su jardín de Oxfordshire. Estaba previsto que aparecieran en 2018, pero la publicación se retrasó para evitar que el libro envenenara el proceso del Brexit.
En contraste, Johnson es y seguirá siendo periodista. Fue fotografiado en Kiev con Volodimir Zelenski, el presidente de Ucrania, agarrando un bloc de notas con la fecha en la portada. Podría usar sus propias notas como fuente para su tiempo en Downing Street.
Una casa prestada
A pesar de los repetidos rumores de que los Johnson compraron una casa en Herne Hill, al sureste de Londres, el amigo dijo que un simpatizante le había dado una casa a Johnson durante seis meses. La otra casa que posee el matrimonio Johnson está alquilada, pero no reúne las condiciones de seguridad para un ex primer ministro.
“Está planeando mantener la cabeza baja. No tiene planes de irse al extranjero. Tiene una casa resuelta: tiene un lugar en el centro de Londres durante seis meses, que le han prestado. Le da una base para resolverse a sí mismo. “Necesita conseguir algo de heno en el desván. Necesita ganar algo de dinero”, contó su amigo.
Antes de despedirse de Downing St el lunes, Carrie Johnson acudió a Instagram para desearle lo mejor a Liz Truss. “Espero que Wilf y Romy no lo recuerden. Pero han tenido un comienzo increíblemente feliz en sus vidas al crecer aquí”, escribió.
Escribir en su futuro inmediato
Johnson, quien publicó un relato bien recibido sobre Winston Churchill en 2014, también tiene una biografía a medio terminar de William Shakespeare.
La editorial Hodder and Stoughton le encargó originalmente que escribiera “Shakespeare: The Riddle of Genius”, en 2015, trabajó por el que embolsó un anticipo de al menos 88.000 libras esterlinas.
Una vez que se publiquen sus libros, Johnson podrá capitalizar su tiempo en el cargo promocionándolos y uniéndose al lucrativo circuito de oradores internacionales.
La Oficina de Oradores de Washington, que comercializa los discursos de Cameron y Theresa May, sus dos predecesores, en todo el mundo, se acercó a Johnson.
El banco estadounidense JP Morgan le ha ofrecido a Johnson un acuerdo en la región de dos millones de libras para dar seis discursos en los próximos dos años.
Pronunciar discursos ha demostrado ser muy lucrativo para May, quien ha declarado dos millones de libras en ganancias externas en los tres años transcurridos desde que renunció como primera ministra.
Para los exprimeros ministros, ganar dinero con los discursos se considera preferible antes que tener que pasar por el largo y agotador proceso de pedirle a un organismo de control de Whitehall que apruebe segundos empleos.
Un portavoz de Johnson no respondió a las repetidas solicitudes de comentarios sobre sus planes futuros. Y JP Morgan se negó a comentar.
LGP