Los dentistas de Francia han publicado fotos de sí mismos desnudos en las redes sociales para llamar la atención sobre su necesidad de equipos de protección personal frente al coronavirus.

Con el hashtag #dentistesapoil, que significa “dentistas en pelotas/ desnudos”, se han puesto como Dios les trajo al mundo para escenificar lo que se siente cuando se le pide que trabaje sin protección.

La protesta ha hecho tanto ruido que los dentistas han conseguido que el Gobierno les escuche.

El Consejo Nacional de la Orden de Cirujanos Dentistas les aseguró el jueves 30 de abril que había obtenido del Ministerio Salud “800.000 mascarillas FFP2 semanales”, lo que representa cuatro mascarillas por día y por dentista. Además, este equipo debería estar disponible “tan pronto como se reanude el tratamiento” el 11 de mayo.

El Ministerio había propuesto inicialmente 150.0, aproximadamente tres por cada dentista. Sin embargo los dentistas denuncian que también se enfrentan a un cataclismo económico.

Hablamos con la Dra. Fanny David, que ejerce en Grenoble, al pie de los Alpes Franceses, para explicarle por qué participó en esta acción.

“No soy yo la que tuvo la idea de desnudarme en la consulta. Pero es un sentimiento que tenemos. Ya no tenemos nada. No tenemos dinero. La ayuda que nos prometieron no ha llegado todavía. Creo que en Francia estamos obligados a llegar a ese punto, para que hacer ver que finalmente existimos. Porque hemos sido olvidados. Hemos sido despreciados. No tenemos máscaras, no tenemos nada”.

Casi 15 días después del comienzo de este movimiento lanzado espontáneamente por unos pocos profesionales, a los que rápidamente se unieron más de un centenar de sus colegas, por fin han llegado las primeras buenas noticias a los buzones de estos profesionales de la salud.

El aumento de mascarillas de la máxima protección ya es una victoria para Fanny David y sus colegas involucrados en el movimiento #dentistsapoil. Hasta entonces, la nativa de Grenoble tenía que “esterilizar las mascarillas y trajes de protección destinados a un solo uso”, añadiendo que “no tenía ninguna otra solución por el momento”.

Los dentistas movilizados denunciaron que no estaban en la lista de profesiones sanitarias que podían reponer sus suministros de equipo de protección.

Sin embargo, esto no resuelve todos los problemas. En primer lugar, los problemas económicos. Como muchos de sus colegas, Fanny David también pide que “las compañías de seguros cubran las pérdidas de explotación”, porque la crisis actual no se considera un “desastre natural”.

También explica que la recuperación, en esta inusual situación, implicará nuevas medidas como la desinfección de la consulta y el equipo entre cada paciente o “la colocación de plexiglás alrededor de la secretaría”. “Estas inversiones en tiempo y equipo no serán compensadas”, nos dijo.

Para hacer frente a estos costos, la solución, según Fanny David, sería crear un “paquete Covid”. El dentista del departamento de Isère también está haciendo campaña por el derecho, al igual que otros profesionales de la salud, a tener “teleconsultas reembolsadas por la Seguridad Social”.

Finalmente, cuando llegue el momento de reabrir la consulta, Fanny piensa que “trabajará la mitad con lel doble de precauciones”. Pero una cosa es cierta para ella: “Nunca volverá a ser lo mismo”.