Los desastres naturales son cada vez más frecuentes en la actualidad y sus consecuencias se sienten alrededor de todo el planeta. Uno de los fenómenos más temidos son los terremotos, que en 2017 azotaron diversas regiones del mundo como México, Rusia, Irán y Filipinas.
Solo basta con observar las estadísticas para notar un aumento no solo en la cantidad de episodios sísmicos, sino también en su intensidad. Según The Guardian, los científicos estiman que estos irán en aumento, pero, ¿cuáles son las razones detrás de este fenómeno?
La rotación de la tierra
En los últimos años, hubo variaciones en la rotación de la tierra que pudieron haber tenido un impacto en la actividad sísmica. Si bien las fluctuaciones en la rotación son mínimas y apenas cambian la duración del día en uno o dos mili-segundos, provocan la liberación de mucha energía a nivel subterráneo.
La actividad humana
Los efectos causados por la explotación de recursos naturales en nuestro planeta están a la vista de todos. No se trata solo de la contaminación ambiental, sino también del impacto que tienen en la corteza otras actividades como la minería, la extracción de combustibles fósiles, fracking y la detonación de ojivas nucleares (hola, Kim Jong-Un).
El enfriamiento de la tierra
Muchos científicos estiman que el enfriamiento del planeta produce contracciones en la corteza terrestre, lo que resulta en un aumento de la actividad volcánica cerca del núcleo de la tierra y genera más terremotos.
En los últimos años se han producido varios fenómenos geológicos, que impulsan fuerzas sísmicas reactivas en zonas donde hay fallas o trincheras. Esto, sumado con el desplazamiento de las placas tectónicas, puede provocar fuertes terremotos.
Es posible que la combinación de estos factores generen a futuro, episodios similares a los que vimos este año. Por eso, es fundamental cuidar el planeta e informarnos sobre cómo actuar en caso de que haya un terremoto.