El atentado en el metro de Londres se produjo en la estación de Parsons Green, en el sudoeste de la capital británica el 15 de septiembre de 2017.
Según los medios, el terrorista dejó un cubo blanco con la bomba en el suelo del vagón antes de bajarse del tren en la estación previa de Putney Bridge.
El explosivo, un tipo de bomba casera conocida como ‘la madre de Satán’, detonó de manera parcial en el vagón de tren en plena hora punta. Al menos 30 personas tuvieron que ser hospitalizadas y numerosos pasajeros sufrieron graves quemaduras.