Esta semana, funcionarios gubernamentales de China convocaron a representantes de las principales empresas tecnológicas, entre ellas las estadounidenses Microsoft y Dell y la surcoreana Samsung, para advertirles de consecuencias si acatan la prohibición de la Administración Trump de vender ciertas tecnologías estadounidenses a compañías chinas, informaron a The New York Times dos personas familiarizadas con esas reuniones bajo la condición de anonimato.

Los encuentros tuvieron lugar los días 4 y 5 de junio y estuvieron encabezados por la agencia central de planificación económica china, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma. Representantes del Ministerio de Comercio y del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información del país asiático también asistieron a las reuniones y enviaron sus comentarios a una serie de compañías que exportan sus productos a China.

Las fuentes del periódico estadounidense afirmaron que las reuniones parecían tener como objetivo recabar apoyos para Huawei, aunque la compañía no fue mencionada específicamente.

Las advertencias también parecían un intento de prevenir una rápida ruptura de las sofisticadas cadenas de suministro que conectan la economía del gigante asiático con el resto del mundo. China es una piedra angular de las operaciones de muchas de las mayores multinacionales del planeta.