Desde mediados de abril el valor del rublo experimentó fluctuaciones. No obstante, estas fluctuaciones no tenían un origen claro, debido a que el mercado ruso ya ha asimilado las sanciones de EEUU y los precios del petróleo no han sufrido cambios. Por extraño que parezca, señala Rúbchenko, los culpables de estas fluctuaciones son los problemas dentro de la economía de EEUU.
El 25 de abril, la rentabilidad de los bonos estadounidenses a 10 años fue la máxima desde el 2011 y, en el caso de los bonos a 2 años, la rentabilidad fue la más alta de los últimos diez años.
Según Rúbchenko, los inversores de todo el mundo empezaron a vender activos para comprar dólares e invertirlos en valores estadounidenses debido a su rentabilidad sin precedentes.
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Esto causó la inestabilidad en el mercado de divisas de los países en desarrollo. El economista jefe de ING Bank para Rusia y la Comunidad de Estados Independientes (CEI), Dmitri Polevói, constató que “aparte del dólar de Hong Kong, ninguna otra divisa pudo resistirse al crecimiento de la rentabilidad de los bonos de EEUU, que superó el 3%”.
No obstante, el interés de los inversores en los bonos de EEUU no se explica por el fuerte estado de la economía estadounidense. Todo lo contrario: la alta rentabilidad de los bonos significa que la confianza de los inversores en la economía de EEUU ha disminuido, y solo están dispuestos a comprarlos con intereses más altos, apunta Rúbchenko.
El autor sostiene que existen dos factores principales que están afectando la economía de EEUU.
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El primero es que se espera una aumento de la inflación, pues los datos económicos de los últimos meses apuntan al aumento del precio de la gasolina y otras fuentes de energía en EEUU, lo cual conlleva a un encarecimiento de casi todos los productos.
El segundo factor tiene que ver con el creciente déficit presupuestario. Según los cálculos de la Oficina Presupuestaria del Congreso de EEUU, en 2017 llegó a los 665.000 millones de dólares. Se prevé que en 2018 alcance unos 804.000 millones de dólares y en 2019, unos 981.000 millones de dólares.
“En verano del 2017 la Oficina Presupuestaria del Congreso de EEUU pronosticó que el déficit no alcanzaría un billón de dólares hasta el 2022. Sin embargo, los datos sugieren que la reforma fiscal de Trump reducirá notablemente los ingresos del presupuesto, llevando a un crecimiento del déficit de hasta los 1,9 billones de dólares para los próximos 11 años”, subraya el analista.
La Oficina Presupuestaria del Congreso de EEUU estimó que, para el final del 2018, la rentabilidad de los bonos alcanzará el 3,5%.
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“Por un lado, eso atraerá aún a más inversores de todo el mundo. Pero por otro lado, dentro de diez años solo los intereses de los bonos le costarán a EEUU más de un billón de dólares”, advierte Rúbchenko.