El régimen sirio fue el responsable del ataque químico del pasado mes de abril en la localidad de Jan Shijún, según un informe elaborado por expertos de la ONU y de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).

Así lo adelantaron hoy fuentes diplomáticas, poco después de que el texto fuese entregado a los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El ataque con gas sarín dejó más de 80 muertos y llevó a Estados Unidos a lanzar decenas de misiles contra la base del Ejército sirio desde la que, según Washington, se organizó la acción.

“El informe de hoy confirma lo que desde hace tiempo sabemos que es verdad”

NIKKI HALEY

Embajadora de EE.UU. en la ONU

El bombardeo fue la primera y por ahora única acción militar directa de Estados Unidos contra el régimen sirio, que siempre negó haber estado detrás del uso de armas químicas, una versión respaldada por su principal aliado en el Consejo, Rusia.

“El informe de hoy confirma lo que desde hace tiempo sabemos que es verdad”, dijo en un comunicado la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley. “Una y otra vez vemos confirmación independiente del uso de armas químicas por el régimen de Al Asad. Y a pesar de estos informes independientes, todavía vemos a algunos países que tratan de proteger al régimen”, señaló.

Imagen del pasado 4 de abril de un bebé atendido en un hospital de Jan Shijún  tras el ataque con gas sarín

Rusia ha insistido en todo momento en que el ataque de Jan Shijún no fue responsabilidad del Gobierno sirio

Esta semana, Moscú vetó en el Consejo de Seguridad una resolución para prorrogar el mandato del JIM tras insistir en que antes quería conocer las conclusiones del informe sobre Jan Shijún. El mandato de la investigación vence a mediados de noviembre, por lo que llegaría a su fin en menos de un mes si antes no hay un acuerdo.

El mecanismo se creó con apoyo de Moscú, pero desde entonces Rusia ha protegido siempre a sus aliados de Damasco de posibles sanciones por la utilización de armas químicas.

Los expertos ya había responsabilizado al régimen del uso de armas químicas en varias ocasiones en 2014 y 2015 y también habían acusado al Estado Islámico (EI) de haberlas utilizado al menos una vez. En 2013, como consecuencia de un acuerdo entre Rusia y Estados Unidos, Siria aceptó la destrucción de su arsenal químico tras varios supuestos ataques.