La Organización de los Estados Americanos (OEA) aceptó este martes verificar el recuento de los votos en Bolivia ante las sospechas generadas por el sistema de transmisión rápida de resultados, que quedó interrumpido casi un día. En medio de una creciente tensión, ya próxima al estallido social, el Gobierno optó por solicitar una auditoría, aunque aún no ha aclarado si acepta las condiciones del organismo, que exige que sus conclusiones sean vinculantes.

El frenazo en el escrutinio generó intensas protestas y acusaciones de fraude. Mientras el domingo, horas después del cierre de las urnas, el recuento abría la puerta a una segunda vuelta entre Evo Morales y el líder de la oposición, Carlos Mesa, el lunes el conteo enterró esa posibilidad. Los datos apuntaban a una victoria lo bastante amplia para no necesitar una segunda ronda electoral. La misma organización multilateral lanzó críticas al proceso junto a la Unión Europea y a la Administración de Donald Trump.