En un avance importante para nuestra comprensión de cómo el cerebro controla el envejecimiento, los científicos lograron acelerar y frenar el proceso de envejecimiento en los ratones por la interrupción del volumen de células madre neuronales que se encuentran en el hipotálamo.
En 2013, un equipo de la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York descubrió que una región del cerebro llamada hipotálamo parecía desempeñar un papel clave en la forma en que el cuerpo regulaba sus procesos de envejecimiento. El hipotálamo ya era conocido por ser responsable de muchas funciones, incluyendo el crecimiento, el desarrollo, la reproducción y ciertos procesos metabólicos, pero su relación con el envejecimiento era nueva. Ahora, esos científicos han descubierto que una pequeña población de células madre situadas dentro del hipotálamo podría sostener la clave de cómo el cuerpo regula el envejecimiento.
“Nuestra investigación muestra que el número de células madre neurales hipotalámicas disminuye naturalmente durante la vida del animal, y esta disminución acelera el envejecimiento”, dice Dongcheng Cai, autor principal en la investigación.
Los estudios iniciales con ratones examinaron la correlación entre la edad y el número de células madre hipotalámicas. Se observó que a medida que los ratones sanos crecían, el número de estas células madre comenzó a disminuir.
“Por edad avanzada – alrededor de dos años de edad en ratones – la mayoría de esas células habían desaparecido”, dice el Dr. Cai.
Con el fin de confirmar la conexión entre el envejecimiento y estas células madre, los científicos a continuación, selectivamente perturbado las células madre hipotalámicas en ratones de mediana edad. Se observó que esta acción aceleraba significativamente el proceso de envejecimiento de ratones en comparación con un grupo de control.
La etapa final y más emocionante de la investigación del equipo fue experimentar con si una adición de células madre hipotalámicas al cerebro podría contrarrestar el envejecimiento. Se inyectaron células madre hipotalámicas en los cerebros de ratones viejos y sanos y se observó que el tratamiento retardaba, o incluso en algunos casos invirtió, diversas medidas de envejecimiento.
Al tratar de entender cómo estaba ocurriendo esta acción anti-envejecimiento, los investigadores descubrieron que estas células madre hipotalámicas liberaron moléculas llamadas microRNAs (miRNAs) en el líquido cefalorraquídeo. Cuando los investigadores replicaron este proceso artificialmente inyectando miRNAs extraídos en el líquido cefalorraquídeo de ratones, nuevamente observaron medidas significativamente reducidas de envejecimiento.
Este descubrimiento revolucionario no nos ofrece un tratamiento inmediato de la “fuente de la juventud” para vivir para siempre, pero entrega a investigadores una nueva comprensión en cómo el hipotálamo parece actuar como centro de comando central para controlar el envejecimiento.
La investigación fue publicada en la revista Nature.