(Redacción Bles)

 

Comencemos por el principio.

Morgan Robertson (1861-1915), oficial estadounidense de la marina mercante, además de escritor y posible inventor del periscopio, fue quien en 1898 escribió el libro Futility, or the Wreck of the Titan (El naufragio del Titán), en el cual un transatlántico llamado SS Titán se hundía en las aguas del océano Atlántico al impactar con un iceberg en su viaje inaugural. ¿Le parece familiar esta historia?

Bien, entonces tendría que saber que catorce años después de que este libro de ficción saliera a la saliera a la venta, el hecho se replicó de una manera muy similar al hundirse el conocido Titanic, llevando a bordo a los hombres más ricos del mundo, algunos de los cuales se habían mostrado contrarios a la creación de la Reserva Federal y los bancos centrales.

A principios del siglo XX, las familias dominantes en los bancos y negocios del mundo (los Rockefeller, los Morgan, los Warburg, los Rothschild, etc.) buscaron –de una u otra manera- promulgar leyes que crearan un Banco Central en Estados Unidos.

Así, el senador Nelson W. Aldrich, el Secretario Adjunto del Departamento del Tesoro de los EE.UU. A. Piatt Andrew, más cinco de los financieros más importantes del país -que en conjunto representaban aproximadamente una cuarta parte de la riqueza del mundo- se reunieron en Jekyll Island Club -en las costas de Georgia- para discutir la política monetaria y el sistema bancario, un evento que llevó a la creación de la Reserva Federal actual.

Cabe destacar que esta legislación fue escrita por banqueros, no legisladores. Después que este proyecto de ley fuera elaborado, fue entregado al senador Aldrich para tratarlo en el Capitolio.

¿Qué intereses estaban en juego?

EE.UU. había intentado implementar anteriormente algunos sistemas del banco central, que fueron eliminados debido a la desconfianza de las personas por los fuertes intereses bancarios.

Sin embargo, JP Morgan, los Rothschild y los Rockefeller insistían en formar un Sistema de Reserva Federal.

Pero había algo que opacaba sus planes y era que una serie de influyentes personas se oponían frontalmente a la creación de una banca central.

Benjamin Guggenheim, un magnate de la minería y la metalurgia, era uno de ellos. Isidor Strauss, un muy importante empresario judío nacionalizado en EE.UU., propietario de lo que hoy son los grandes almacenes Macy’s fue el segundo gran nombre en oponerse.

Y por último, John Jacob Astor IV, bisnieto del considerado primer millonario de EE.UU., militar y dedicado con éxito al negocio inmobiliario familiar.

Los tres estaban entre los hombres más ricos del mundo pero eran un obstáculo para la creación del banco central.

Un Banco Central es una institución que produce la moneda de una nación entera, pero no solo provee de dinero a la economía de un gobierno, sino que se lo presta con interés. Entonces, aumentando o disminuyendo el suministro de dinero, el banco central regula el valor de la moneda emitida. Es crucial entender que la estructura entera de este sistema puede producir una sola cosa a largo plazo: deuda.

No hay demasiados registros de por qué estas tres personas se oponían abiertamente a este sistema que al final logró imponerse, solo se sabe que eran patriotas y trabajadores que esperaban la prosperidad para su nación y no solo para unas pocas familias acaudaladas.

Cabe mencionar que la Reserva Federal finalmente se formó un año después del hundimiento del Titanic.

Recordando lo antedicho de que en el Titanic viajaban personas influyentes que no estaban de acuerdo con la Reserva Federal, entonces… ¿Fue su hundimiento un complot inspirado en una novela de ficción? Veamos en detalle algunos puntos muy importantes. Cualquier similitud con la realidad es “pura coincidencia”.

Datos reveladores

John Pierpont Morgan -uno de los principales impulsores de la Reserva Federal- fue un empresario, banquero y coleccionista de arte estadounidense que dominó las finanzas corporativas y la consolidación industrial de su época.

Entre las diversas empresas que fundó estaba el trust naviero International Mercantile Marine Company, concesionaria que construyó el Titanic, o sea que él tuvo que ver con la financiación y la construcción del monumental buque.

De acuerdo con el portal yournewswire, Morgan tenía una reserva para abordar el transatlántico pero a último momento la canceló ¿sabría lo que iba a suceder?

Pero no solo él, sino que su amigo Milton Hershey, también la canceló intempestivamente y logró sobrevivir para construir el conocido imperio de comida Hershey.

Izq: Titanic / Der: JP Morgan

En medio del desastre no se encontraron bengalas rojas a bordo para hacer señales a los barcos de rescate. Solo bengalas blancas que indican una fiesta y que todo está bien, informó este portal y así también se puede ver en la recreación de la película Titanic, protagonizada por Leonardo Di Caprio.

Otro dato que llama la atención y que no “encaja” es que el capitán Edward Smith fue uno de los más condecorados de su época, algo que estaría fuera de lugar, teniendo en cuenta la falta de medidas de precaución tomadas durante el naufragio.

Ahora veamos las impresionantes similitudes (más allá del nombre) entre el Titanic y el “Titan”, el barco de la ficción.

–      Al igual que el Titanic, el barco de ficción se hundió en abril, en el Atlántico Norte, y no había suficientes botes salvavidas para los pasajeros.

–      También existen similitudes en el tamaño (244 metros de largo del Titán en comparación con los 269,06 m de largo para el Titanic), velocidad (25 nudos de Titán, 21 nudos de Titanic).

–      El Titanic fue el transatlántico de lujo más grande del mundo, descrito como prácticamente “imposible de hundir”, mientras el Titán fue en la ficción la mayor nave a flote, la mayor de las obras de los hombres y era considerado “insumergible”.

–      El Titanic portaba a bordo solamente 16 botes salvavidas, además de 4 botes salvavidas Engelhardt, menos de la mitad del número necesario para su capacidad (3000 pasajeros). El Titán llevaba “tan pocos como la ley permitía”, lo que sumaban 24 botes salvavidas, menos de la mitad necesaria para su capacidad (3000 pasajeros).

–      Moviéndose demasiado rápido, a 22 nudos y medio, el Titanic impactó contra un iceberg en el lado de estribor, en la noche del 14 de abril de 1912 en las aguas del Atlántico Norte a 644 kilómetros de Newfoundland. También en una noche de abril, en el Atlántico Norte a 644 kilómetros de Newfoundland (Terranova), el Titán impactó contra un iceberg mientras navegaba a 25 nudos, también en el lado de estribor.

–      El “insumergible” Titanic se hundió y murieron más de la mitad de sus 2.200 pasajeros.El indestructible Titán también se hundió, y más de la mitad de sus 2.500 pasajeros murieron ahogados.

De acuerdo a estos registros no es descabellado decir que el Titán se parecía de manera desconcertante al famoso transatlántico inglés RMS Titanic, el cual describe de manera casi idéntica, coincidiendo incluso con su peso, longitud y capacidad de pasajeros, buque insignia y el orgullo de la línea naviera a la cual pertenecía, que era insumergible y con la mayor tecnología de su tipo en ese momento.

Robertson también mencionó en su libro que el Titán era un buque con exceso de lujos para pasajeros millonarios, que tenía una cantidad insuficiente de botes salvavidas, al igual que el Titanic. Su capitán era experimentado y también coincidía con el apellido del capitán del Titanic: Smith.

Lo más asombroso es que el libro fue escrito 14 años antes del hundimiento del Titanic, y Robertson falleció tres años después del suceso por causas poco claras.

Algunos creen que se trata de una mera casualidad, mientras otros creen que el autor escribió el libro como una predicción de lo que sucedería años después. Sin embargo, sabiendo las implicancias políticas del hundimiento del Titanic, algunas teorías afirman que todo fue un complot inspirado en la ficción.

Pese a que los tres hombres mencionados fueron reales, se oponían a la creación de la Fed (Reserva Federal) y murieron en el hundimiento del Titanic, los detractores opinan que son coincidencias sin sustento y que había formas más efectivas de matarlos sin incurrir en un plan que dejaba margen de error y que sacrificara a la vez a miles de inocentes más.

Viéndolo desde esta perspectiva tal vez la primera afirmación tenga sentido respecto a las formas “más efectivas” de asesinar a un “obstáculo”. Pero en cuanto a la segunda cabe pensar si realmente a los supuestos perpetradores les hubiera importado realmente esas miles de vidas inocentes perdidas.

El después de la tragedia

Entre tanto Morgan, no sufrió grandes consecuencias por el hundimiento del transatlántico que él mismo financió y años después -cuando tenía 75- falleció en Roma, Italia, siendo en ese momento una de las personas más ricas del mundo.

Durante la comisión de investigación norteamericana que inquirió las causas del hundimiento, el senador William Alden Smith atacó abiertamente a Morgan y los principios de la compañía.

El 19 de abril de 1912, el día después de que Carpathia, el barco que rescató a los sobrevivientes del Titanic, llegó a Nueva York, el senador William Alden Smith abrió la investigación. El senador Smith sabía que tenía que moverse rápidamente para entrevistar a los pasajeros y la tripulación mientras recordaban vívidamente el hundimiento y antes de que se dispersaran por América o regresaran a Inglaterra.

En su búsqueda de la verdad sobre el hundimiento del RMS Titanic, el senador luchó vigorosamente contra las compañías navieras, los periódicos conservadores y la Junta de Comercio Británica. La Compañía Marconi y la Compañía del New York Times se habían confabulado para monopolizar y controlar las noticias sobre el Titanic , pero la audiencia del Senador Smith lo había hecho imposible.

Gracias al estilo tenaz y decidido del senador Smith, el mundo supo que los prismáticos de los vigías habían sido retirados cuando el Titanic salió de Queenstown y no habían recibido binoculares de reemplazo. El vigía sobreviviente Frederick Fleet testificó que con binoculares hubiera visto el iceberg a tiempo para salvar el Titanic.

¿Nuevo orden mundial?

Las familias más poderosas del planeta: Rothschild, Rockefeller y Morgan –finalmente establecieron una suerte de ‘banco mundial’ (la actual Reserva Federal) que tiene endeudada a toda la humanidad (ya que cada dólar que emiten, tiene como contraparte la emisión de una deuda de parte de quién lo recibe).

Según los medios de comunicación alternativos, esta élite –que con los años se ha hecho cada vez más poderosa, siguiendo sus descendientes los pasos de sus predecesores- tiene como fin primordial el establecimiento de una moneda única mundial y un gobierno global (con una única religión) bajo la premisa –obviamente- de que ambas instituciones estén controladas por los grandes bancos. De esta manera estableciendo el llamado Nuevo orden mundial.

¿Fue un complot el hundimiento del Titanic? Después de expuesta esta información, puede sacar sus propias conclusiones.

Lea la compilación completa de El Nuevo orden mundial.

Nota del editor: El RMS Titanic fue el transatlántico británico, mayor barco del mundo al finalizar su construcción, se hundió en la noche del 14 a la madrugada del 15 de abril de 1912 durante su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York. En el hundimiento del Titanic murieron 1514 personas de las 2223que iban a bordo, lo que convierte a esta tragedia en uno de los mayores naufragios de la historia ocurridos en tiempo de paz.