Solo con un cartel y mucha esperanza, el hombre salvó su vida.

Wayne Winters vive en Utah, Estados Unidos, con su esposa Diane. Ellos se conocieron hace 26 años. Hoy, Wayne tiene 74 y dice seguir enamorado de la mujer a la que conoció hace más de dos décadas.

Parecen una pareja normal de ancianos, pero hace algún tiempo, Diane cayó enferma de una insuficiencia renal grave y que debía de ser tratada con urgencia.  Pero el donante nunca aparecía.

Fue así que, motivado por la impotencia y el amor a su esposa, Winters salió a la calle con un cartel colgado del torso que decía:

Necesito RIÑON para mi esposa.

Bajo el efectivo enunciado, había un número para que contactaran al anciano, si es que alguien sabía de algo.

Wayne Winters caminó varios kilómetros cada día para que el mundo se enterara de lo que tanto necesitaba su esposa.

El hombre de Utah salió a la calle hace ya casi más de un mes: la primera vez que hizo noticia fue el pasado 25 de Octubre, y quienes seguían su historia pensaban que ya no lo lograría.

Aún así, recibió muchas muestras de apoyo. Al hablar de número de personas interesadas en ayudarlo, aseguró:

“Entre 700 y 800 personas se pusieron en contacto conmigo.”

Sin embargo, ni todas las muestras de apoyo, ni que el mundo se enterara de su noticia podrían consolarlo sin conseguir el ansiado riñón.

Eso fue hasta hace pocos días, ya que alguien se puso en contacto con él, y donó el riñón de un cercano fallecido para su esposa.

Ahora, Diane aún está recuperándose del transplante, pero aseguraron que ya está estable, y espera el alta junto a su esposo.

A pesar de las buenas noticias, el señor Winters dice que no planea deshacerse del cartel todavía. Quiere seguir saliendo a la calle, y ver cuántos riñones puede conseguir para quiénes los necesiten.