Un nuevo e inquietante estudio dirigido por científicos de la Universidad de Bonn sugiere que el sistema inmune responde a una dieta occidental estilo comida rápida de la misma manera que reaccionaría a una infección bacteriana.
Además de estimular la actividad inflamatoria generalizada, el estudio afirma que cambiar a una dieta saludable puede no revertir totalmente el daño a largo plazo una vez que se desencadenó inicialmente. El estudio comenzó alimentando a los ratones con una “dieta occidental” durante un mes. Esta dieta se define más o menos como alta en grasas saturadas, azúcar y sal, aunque en su mayoría carecen de fruta fresca, verduras y fibra.
“La dieta poco saludable llevó a un aumento inesperado en el número de ciertas células inmunes en la sangre de los ratones, especialmente los granulocitos y los monocitos”, dice Anette Christ, una de los autores del estudio.
“Esto fue una indicación de una participación de progenitores de células inmunes en la médula ósea”.
Lo que esto sugirió a los investigadores fue que la dieta no solo había estimulado una respuesta inflamatoria aguda en los animales, sino que también activaba ciertos genes en las células progenitoras.
Estas células progenitoras son responsables de la proliferación de las células inmunes en el cuerpo y se ha encontrado que tienen una especie de memoria. “Recientemente se descubrió que el sistema inmune innato tiene una forma de memoria”, explica Eicke Latz, director del Instituto de Inmunidad Innata de la Universidad de Bonn.
“Después de una infección, las defensas del cuerpo permanecen en una especie de estado de alarma, para que puedan responder más rápidamente a un nuevo ataque”
En este caso, el proceso de programación del sistema inmune innato fue instigado por una dieta dominada por la comida rápida y no por un virus o bacteria. El examen de las células sanguíneas del animal reveló de cerca la presencia clave de inflamasomas, los oligómeros multiproteicos que son responsables de reconocer las infecciones y activar los procesos inmunes inflamatorios.
“El inflamasoma desencadena tales cambios epigenéticos”, explica Latz. “El sistema inmune en consecuencia reacciona incluso a pequeños estímulos con respuestas inflamatorias más fuertes”.
Este tipo de respuestas inflamatorias se han relacionado con la diabetes, la enfermedad cardíaca y una variedad de trastornos autoinmunes. Este no es el primer estudio que asocia la dieta occidental no saludable con la enfermedad autoinmune e inflamatoria, y solo se concentró en modelos animales, pero las posibles implicaciones a largo plazo de estos resultados son innegablemente inquietantes.
Con el aumento de las tasas de obesidad y diabetes en los países occidentales, el creciente cuerpo de evidencia está dejando en claro que las comidas procesadas y rápidas pueden ser increíblemente dañinas para nuestros cuerpos.
El estudio fue publicado en la revista Cell. Fuente: Universidad de Bonn