El paso de la depresión tropical Katia, convertida ya en remanentes, por el Estado mexicano de Veracruz, donde tocó tierra el viernes como huracán categoría 1 (sobre 5) en la escala Saffir-Simpson, ha dejado dos muertos. Ambos fallecimientos se han producido por deslizamientos de tierra en Xalapa, la capital del Estado, debido a las lluvias desatadas por el huracán, según ha informado Luis Felipe Puente, director de Protección Civil mexicano, en declaraciones a Televisa.

En su boletín de las tres de la tarde hora local, los meteorólogos estadounidenses subrayan que los restos de la tormenta están a 245 kilómetros al sur de Tampico y a 200 kilómetros al noroeste de Veracruz, con vientos máximos sostenidos de 55 kilómetros por hora. Katia “se disipa al avanzar en tierra, aunque persiste la amenaza de precipitaciones”, señala el reporte del Centro de Huracanes de Estados Unidos, que a partir de este momento dejará de vigilar este fenómeno. Sus esfuerzos se centran ahora en el potente huracán Irma, que sigue su curso en dirección a Florida, donde —pese a su reciente debilitamiento— se han acometido desalojos masivos ante el temor a un fenómeno meteorológico “sin precedentes” en suelo estadounidense.

En una primera valoración de los efectos de Katia, Puente detalló que la subida de dos ríos en Veracruz —uno de los dañó 235 viviendas, afectando a poco más de 900 personas. “Tuvimos algún reblandecimiento de las laderas, dos bardas (tapias) caídas, un hundimiento y cuatro personas rescatadas”, apuntó el jefe de Protección Civil en México. El impacto, no obstante, es menor de lo esperado, lo mismo que las precipitaciones en los estados de Puebla e Hidalgo.