Según informes, Corea del Sur está entrenando a sus fuerzas especiales para localizar y asesinar a Kim Jong-un ya sus asesores más cercanos si el Norte inicia una guerra.

La estrategia es parte de una serie de medidas adoptadas por Seúl para “cambiar a una postura ofensiva” si el Estado malvado ataca, según un documento gubernamental divulgado en los medios surcoreanos. También planea identificar y eliminar 1.000 objetivos primarios -incluyendo las armas nucleares y las instalaciones de lanzamiento de misiles- al mismo tiempo que frena una huelga de la dictadura, según los informes.

El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, fue informado por su Ministerio de Defensa sobre el plan  después de que él instruyó a los funcionarios para poner un plan militar ofensivo en su lugar.

Ellos discutieron su estrategia revisada un día antes de que Pyongyang lanzara un misil balístico sobre Japón el martes, con Donald Trump más tarde diciendo que “todas las opciones están ahora sobre la mesa”.

Moon dijo que los militares de Corea del Sur deberían estar listos para “cambiar rápidamente a una postura ofensiva en caso de que Corea del Norte lleve a cabo una provocación que cruce la línea o ataque a la región capital”, informó el diario Chosun Ilbo. Se trata en medio de simulacros militares conjuntos esta semana por Seúl y Washington que las autoridades vomitan como ejercicios defensivos en caso de una huelga de Corea del Norte.