• Los trabajadores protestan por las medidas de Emmanuel Macron

  • El presidente francés quiere privatizar las líneas a partir de 2020

  • Paran 7 de cada 8 trenes de alta velocidad y 4 de cada 5 cercanías

Francia vive este martes la primera de las 36 jornadas de huelga intermitente convocada en su red de ferrocarriles, que ha tenido un seguimiento “masivo”, según los sindicatos, que anunciaron una protesta “dura” en contra de los decretos del presidente, Emmanuel Macron.

Las medidas del Gobierno francés contemplan convertir la empresa pública Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) en sociedad anónima y modificar a la baja las condiciones de sus trabajadores.

Macron también tiene previsto privatizar varias líneas, empezando por el tren de alta velocidad francés (TGV), en 2020, siguiendo recomendaciones de la Unión Europea (UE).

Las organizaciones de trabajadores han convocado paros dos días seguidos de cada cinco hasta el mes de junio para reclamar la suspensión de estas medidas.

Circulan solo uno de cada ocho trenes de alta velocidad

A causa de los paros, solo uno de cada ocho TGV están programados para esta jornada y la misma proporción para el resto de los convoyes de largo recorrido.

Aunque en las líneas internacionales la cancelación afecta a un porcentaje menor globalmente (un 25%), en las que conectan con España (Barcelona-París, Barcelona-Lyon, Barcelona-Toulouse y Madrid-Marsella) no circula ningún tren, informa Efe.

En los cercanías de París y en los regionales de todo el país, la dirección sólo garantiza que habrá uno de cada cinco, ya que se han declarado en huelga el 48% de los trabajadores de la empresa estatal, que aumenta al 77 % entre el colectivo de conductores.

La huelga en los ferrocarriles coincide con el cuarto paro en la compañía Air France desde febrero por reivindicaciones salariales, por el que la aerolínea ha cancelado el 25% de sus vuelos. Además, hay protestas en los servicios de recogidas de basura y en las universidades.

Macron ya tuvo que hacer frente en septiembre de 2017 a manifestaciones y protestas de la oposición de izquierdas y los sindicatos por su reforma laboral.

El Gobierno promete aguantar y matiza

El ejecutivo galo ha insistido este martes en su disposición a negociar pero ha asegurado que aguantará ante la huelga.

La ministra de Transportes, Elisabeth Borne, ha denunciado, sin dar nombres, que “algunos quieren politizar el debate” con afirmaciones falsas y matiza que la reforma de la empresa estatal de ferrocarriles (SNCF) no conducirá a su privatización.

“La SNCF es una empresa pública y seguirá siendo una empresa pública”, ha subrayado en una entrevista al canal de televisión “BFMTV” la ministra, que reconoció que el tráfico de trenes estaba muy perturbado en esta primera jornada de paro.

Desde los sindicatos, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT, principal central de la SNCF), Philippe Martínez, ha dudado de las intenciones del Ejecutivo al convertir la SNCF en una sociedad de acciones: “¿Qué garantía tenemos de que no habrá privatización?”, se preguntó.

Borne ha señalado que hace un mes que abrió una negociación con los sindicatos, que debe prolongarse un mes más, y que la semana pasada hizo concesiones al retrasar la apertura a la competencia en las líneas regionales y de cercanías, al tiempo que se quejó de que “los sindicatos no se han movido”.

Los argumentos de París: deudas inviables

La responsable de Transportes ha recordado que su intención es incrementar en un 50% las inversiones en la renovación de las infraestructuras ferroviarias, pero también que la reforma es necesaria porque la deuda de la SNCF, de casi 50.000 millones de euros, “amenaza el sistema ferroviario”.

Hizo notar que esa deuda se incrementa cada año en 3.000 millones de euros y que la empresa tiene que pagar 1.500 millones para financiarla cada año.

Respecto al punto que suscita más protestas por parte de los empleados de la SNCF, la supresión para los futuros contratados del estatuto laboral de la compañía -que contiene ventajas sobre el régimen general de los trabajadores en Francia-, lo justificó por “una cuestión de igualdad” y de competitividad.

Sobre esa última cuestión, señaló que las empresas que en el futuro compitan con la SNCF no tendrán que aplicar ese estatuto a sus asalariados y eso les daría una ventaja.

Según los datos de la propia dirección de la compañía, un 48 % de sus empleados se han declarado este martes en huelga, porcentaje que llega al 77% de los conductores, lo que ha obligado a anular siete de cada ocho trenes de alta velocidad (TGV) y cuatro de cada cinco regionales o cercanías.