El año pasado demostró a los inversionistas en fondos de cobertura que entregar sus capitales a las máquinas de procesamiento automático de datos es la peor opción posible, según revela una publicación de la agencia Bloomberg. Una inversión de 220.000 millones de dólares en distintas tendencias del mercado manejada por computadoras entrenadas se tradujo en pérdidas tan graves que obligan ahora a los jugadores de Wall Street a revisar su estrategia.
Esta experiencia reveló que los algoritmos detrás de las llamadas ‘herramientas de seguimiento de tendencias’ son bastante primitivas e igualmente vulnerables que un cerebro humano. Les era difícil reaccionar lo suficientemente rápido ante los efectos secundarios imprevistos del fin de la práctica de estimulación del mercado por los bancos centrales. Además, parecen estar desconcertados por el presidente de EE.UU., Donald Trump.
“Los modelos no pueden cambiarse tan rápido como los tuits”, ironizó Brooks Ritchey, gerente de la unidad K2 Advisors de Franklin Templeton, quien tiene bajo sus auspicios 3.600 millones de dólares y ha salido de casi todas esas herramientas, en las que solía invertir antes.
Mucho ha cambiado desde que los métodos computarizados de gestión de activos, conocidos en la industria como ‘CTA’ (por sus siglas en inglés de ‘Commodity Trading Advisors’), ganaron gran popularidad después de que el sector hubiera superado la crisis financiera mundial del 2008.
Los operadores robóticos administran ahora aproximadamente un dólar de cada tres que circulan en la industria de fondos de cobertura, con una capacidad total mundial de 3 billones de dólares. Utilizan modelos para estimar la rentabilidad de cada empresa que cotiza, monitorean las tendencias de volatilidad y los cambios en los ciclos económicos para tomar decisiones comerciales.
Sin embargo, no todas las sorpresas reciben la respuesta óptima por parte de esta herramienta, admite Bloomberg, destacando que “un tuit de 280 caracteres de Donald Trump puede exacerbar las tensiones con China“.
Sector en declive
El rendimiento promedio en el 2008 alcanzó el 21%. Incluso en los peores años los inversionistas veían la herramienta como una forma de proteger sus carteras contra sacudidas imprevistas. Ahora ya no lo es y el sector está en declive.
“Es una estrategia que en sus términos puros es probablemente obsoleta”, estimó Robert Frey, quien ha estado vinculado con las inversiones computarizadas desde la etapa inicial de su desarrollo, a principios de la década de 1990. Desde que Frey inauguró su propia compañía en Nueva York en el 2009 para invertir por medio de los CTA, se ha distanciado gradualmente de los seguidores de la tendencia.
Otro ejemplo son los inversionistas de Winton Group, que habían retirado 5.000 millones de dólares hacia el final del año 2018 de sus fondos, llevando el monto de los activos bajo su administración a 23.600 millones.
En toda la industria, según fuentes de la agencia, un total de 18.400 millones dejaron los CTA. Algunos jugadores, como Florin Court Capital, hasta optan por activos ‘exóticos’, que no reciben demasiada atención de las autoridades, como el queso, las semillas de girasol, el arroz, los huevos y la electricidad.