Un gran estudio longitudinal realizado en China descubrió que beber té verde al menos tres veces por semana puede estar relacionado con una vida útil más larga y tasas más bajas de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. La misma asociación no se observó en los bebedores de té negro, lo que sugiere que ciertos compuestos específicos para el té verde pueden conferir beneficios para la salud a largo plazo.

La nueva investigación analizó datos de un estudio chino masivo diseñado para medir los factores de salud a largo plazo que sustentan la enfermedad cardiovascular. Más de 100,000 participantes fueron seguidos durante un promedio de más de siete años, con el consumo habitual de té clasificado como consumo de la bebida más de tres veces por semana.

El estudio encontró que los bebedores de té habituales vivían en promedio alrededor de 15 meses más que los que no beben té. Los bebedores de té también tenían un 20 por ciento menos de probabilidades de desarrollar enfermedades cardíacas o derrames cerebrales.

“Los efectos protectores del té fueron más pronunciados entre el grupo habitual de consumo habitual de té”, explica Dongfeng Gu, autor principal del nuevo estudio de la Academia China de Ciencias Generales. “Los estudios de mecanismos han sugerido que los principales compuestos bioactivos en el té, a saber, los polifenoles, no se almacenan en el cuerpo a largo plazo. Por lo tanto, la ingesta frecuente de té durante un período prolongado puede ser necesaria para el efecto cardioprotector “.

Desglosar los tipos de té consumidos por los sujetos del estudio reveló que el té verde estaba específicamente asociado con los efectos beneficiosos para la salud, mientras que los mismos beneficios cardiovasculares y de por vida no se observaron en los bebedores de té negro. Gu plantea la hipótesis de varios factores que podrían explicar esta diferencia entre el té negro y el té verde. El té negro, por ejemplo, contiene volúmenes más bajos de polifenoles beneficiosos que se sabe que están asociados con beneficios para la salud, además, a menudo también se consume con leche, lo que puede contrarrestar cualquier efecto potencial sobre la salud.

“En nuestra población de estudio, el 49 por ciento de los bebedores de té habituales consumían té verde con mayor frecuencia, mientras que solo el 8 por ciento prefería el té negro”, agrega Gu.

“La pequeña proporción de bebedores habituales de té negro podría dificultar la observación de asociaciones sólidas, pero nuestros hallazgos sugieren un efecto diferencial entre los tipos de té“.

Jodie Relf, ​​portavoz de la Asociación Dietética Británica, sugiere que los beneficios para la salud detectados en este estudio pueden no estar directamente relacionados con el té verde en sí, sino que son un reflejo de ciertos factores de estilo de vida que se suman a la práctica de beber té.