Pat Marmo tuvo que caminar entre unos 20 fallecidos en el sótano de su funeraria de Brooklyn, con el barbijo descolgado para poder hacer oír su voz.

Al igual que muchas otras funerarias de Nueva York y de todo el mundo, el negocio de Marmo está en crisis mientras trata de satisfacer la creciente demanda en medio de la pandemia de coronavirus. Hasta el momento, el virus se ha cobrado unas 1400 víctimas solo en la ciudad de Nueva York, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins.

Sus dos celulares y la línea de la oficina suenan constantemente. Se disculpa con las familias al comienzo de cada conversación por tener que ser inusualmente breve, y les ruega que le insistan a los hospitales con que mantengan a sus seres queridos fallecidos allí el mayor tiempo posible.

Un cuerpo ingresa a la funeraria Daniel J. Schaefer. Las muertes por coronavirus acorralan a las funerarias de Nueva York. / AP

Un cuerpo ingresa a la funeraria Daniel J. Schaefer. Las muertes por coronavirus acorralan a las funerarias de Nueva York. / AP

Su empresa está preparada para lidiar con 40 a 60 casos a la vez, sin ningún problema. El jueves por la mañana tuvo que hacerse cargo de 185.

“Estamos en un estado de emergencia”, dijo. “Necesitamos ayuda”. 

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Por un lado, las empresas funerarias reciben presión de hospitales desbordados que intentan despachar cuerpos. Por otro lado, los cementerios y los crematorios están reservados desde hace una semana, a veces dos.

Marmo le permitió a The Associated Press entra a su funeraria Daniel J. Schaefer en el barrio Sunset Park de Brooklyn, para mostrar cuán grave es la situación.

Las muertes por coronavirus acorralan a las funerarias de Nueva York. / AP

Las muertes por coronavirus acorralan a las funerarias de Nueva York. / AP

Tiene unos 20 cuerpos embalsamados, en camillas y depositados en estantes en el sótano. Hay otra docena de cuerpos en una sala secundaria, ambas enfriadas con aires acondicionados.

Estimó que más del 60% había fallecido a causa del coronavirus. Para la mayoría de las personas, el virus causa síntomas leves o moderados, pero para algunos, especialmente los adultos mayores y las personas con problemas de salud preexistentes, puede causar enfermedades más graves y hasta provocar la muerte.

Es surrealista“, dijo.

Los hospitales de Nueva York están usando camiones frigoríficos para almacenar los cuerpos. Marmo está tratando de encontrar el suyo. Una empresa le pasó un precio de 6 mil dólares por mes, mientras que otras se niegan de manera rotunda porque no quieren que su equipo sea usado para cuerpos.

Una sala velatoria dispuesta de manera tal que se respete la "distancia social". Las muertes por coronavirus acorralan a las funerarias. / AP

Una sala velatoria dispuesta de manera tal que se respete la “distancia social”. Las muertes por coronavirus acorralan a las funerarias. / AP

Aunque consiga un camión, no tiene ningún lugar obvio para ponerlo. Se pregunta si la comisaría de enfrente le dejaría que use su entrada vehicular.

También espera que la Agencia de Protección Ambiental levante las regulaciones que limitan las horas en que los crematorios pueden operar. Eso ayudaría a adelantar parte del trabajo atrasado.Mirá tambiénCoronavirus en EE.UU: registró la cifra diaria de muertos más alta del mundo y suma 6.000 víctimas fatales

Necesito que alguien me ayude“, dijo. “Tal vez si me enviaran algún tipo de refrigeración, o me ayudaran a instalar un camión frigorífico que pueda mantener y supervisar”.

Patrick Kearns, cuarta generación de directores funerarios en Queens, dijo que la industria nunca había experimentado algo así. Su familia se había preparado el 11 de septiembre para que el negocio se viera desbordado, pero con tantos cuerpos perdidos en medio de los escombros, eso nunca ocurrió.

El coronavirus provoca que se acumulen los cuerpos, una situación que complica a las funerarias de Nueva York. / AP

El coronavirus provoca que se acumulen los cuerpos, una situación que complica a las funerarias de Nueva York. / AP

Eso está ocurriendo ahora. El negocio de Kearns en Rego Park está a pocos minutos del Hospital Elmhurst, un punto álgido de la ciudad que se ha convertido en epicentro del brote en los Estados Unidos. Durante los primeros 15 días de marzo las cuatro funerarias de la familia realizaron 15 servicios. En la segunda mitad del mes, hicieron 40.

Al igual que Marmo, Kearns convirtió una pequeña capilla en una sala frigorífica improvisada, con aire acondicionado. Otras funerarias le dijeron a The Associated Press esta semana que se preparan para implementar medidas similares.

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El aumento de las muertes se produce en un momento en que existen fuertes restricciones para hacer reuniones, por lo que despedir a un ser querido se convierte en un proceso solitario.

Esta semana, en el Cementerio de Green-Wood en Brooklyn, una familia se inclinaba sobre una cadena amarilla que servía de cordón, y arrojaba rosas al ataúd de un ser querido. En Queens, hubo otro caso en donde siguieron las ceremonias desde los autos. En un cementerio del Bronx, donde las visitas ya están totalmente prohibidas, un director funerario parado junto a las tumbas les sacaba fotos para enviar a los dolientes.

Pat Marmo, el dueño de la funeraria Daniel J. Schaefer en Brooklyn, atiende una llamada en su oficina Las muertes por coronavirus acorralan a las funerarias de Nueva York. / AP

Pat Marmo, el dueño de la funeraria Daniel J. Schaefer en Brooklyn, atiende una llamada en su oficina Las muertes por coronavirus acorralan a las funerarias de Nueva York. / AP

“Todo el proceso, incluyendo la experiencia de la familia durante el funeral, es de aislamiento y no de apoyo”, dijo Bonnie Dixon, presidenta del cementerio Maple Grove en Queens.

A Jackie McQuade, directora de la funeraria Schuyler Hill en el Bronx, le cuesta decirle a las familias que no pueden asistir. Pero no tiene otra opción, debido a las reglas que limitan los servicios a la familia inmediata.

Un cementerio con el que trabajaba cerró sus puertas a familiares y amigos. Solo se les permitió asistir a ella y a un sacerdote al lugar del entierro. Le sacó una foto al ataúd mientras lo bajaban, con la esperanza de que pueda proveerle algún tipo de consuelo a la familia.

“Nos estaríamos volviendo locos si fuera uno de nuestros seres queridos”, dijo. “Somos portadores de malas noticias en el marco de una situación triste”.

Marmo dijo que apenas puede dormir a causa del estrés. Le preocupa olvidarse de alguna tarea pequeña pero crucial, como por ejemplo sacarle el anillo a alguien antes de enviarlo a la cremación.

Debe organizar un funeral el viernes para un conductor de metro de la ciudad de Nueva York de 36 años que murió la semana pasada mientras evacuaba pasajeros de un vagón en llamas.