Frente al temor de Estados Unidos que acaba de emitir un manual para la gobernanza de los recursos de energía en plena guerra comercial con China, el insaciable apetito del gigante asiático por el litio no preocupa a los expertos que consideran que se trata de un posicionamiento estratégico más que un peligro hegemónico.
Como ya lo hizo en otros sectores estratégicos, China ha desembolsado miles de millones de dólares para comprar activos en empresas productoras de Australia, Argentina, Chile, México o Bolivia, y desarrollar una competitiva industria de baterías de ion litio para vehículos eléctricos en la transición a las energías limpias en plena crisis climática.
La demanda china está creciendo “porque saben que deben suministrar litio a su demanda interna; también es un punto estratégico para ellos”, dice a la AFP Daniela Desormeaux, fundadora y directora de la consultora chilena especializada en minería Signumbox.