Un estudio histórico, dirigido por un equipo de científicos del King’s College London y la Universidad de Cambridge, describió el mecanismo responsable del endurecimiento de las arterias. La investigación también apunta a un antibiótico común como un nuevo tratamiento potencial para prevenir esta condición.

A medida que envejecemos, los depósitos de calcio tienden a acumularse en las paredes de nuestras arterias. Esta rigidez arterial está asociada con una serie de enfermedades, desde infarto de miocardio hasta accidente cerebrovascular y demencia.

Hasta ahora, los científicos no sabían exactamente qué causaba estas agregaciones de calcio en las arterias. “Este endurecimiento, o biomineralización, es esencial para la producción de hueso, pero en las arterias subyace en muchas enfermedades cardiovasculares y otras relacionadas con el envejecimiento como la demencia”, explica Cathy Shanahan, investigadora del King’s College de Londres.

“Queríamos descubrir qué desencadena la formación de cristales de fosfato de calcio, y por qué parece estar concentrado alrededor del colágeno y la elastina, que constituye gran parte de la pared arterial”. Usando una técnica llamada espectroscopia de resonancia magnética nuclear, los científicos descubrieron que el culpable de todo el proceso era una molécula llamada PAR o poli (ADP ribosa).

Se reveló que el PAR se produce cuando una célula muere, y una vez liberada, comienza a limpiar los iones de calcio hasta que finalmente se agregan en cristales y se adhieren a las paredes arteriales.

“Nunca hubiéramos predicho que fue causada por PAR”, dice Melinda Duer, co-líder de la nueva investigación. “Inicialmente fue un descubrimiento accidental, pero lo seguimos y nos llevó a una posible terapia”.

La búsqueda de esa terapia potencial llevó a los investigadores a investigar una serie de moléculas que podrían bloquear la liberación de PAR, y finalmente se concentraron en un antibiótico de uso común llamado minociclina. Los experimentos con animales revelaron que altas dosis de minociclina bloqueaban la producción de PAR y posteriormente inhibían la calcificación de las arterias.

“Teníamos que encontrar una molécula existente que fuera barata y segura, de lo contrario, pasarían décadas antes de que recibiéramos un tratamiento”, dice Shanahan. “Si ya se ha demostrado que algo es seguro para los humanos, el viaje a la clínica puede ser mucho más rápido”.

Por supuesto, esto no se traduce inmediatamente en que la minociclina se convierta en un nuevo tratamiento para las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares.

La dosis efectiva probada en estos experimentos llegó a 50 mg / kg, mientras que una dosis alta para humanos actualmente se consideraría alrededor de 5 mg / kg.

Entonces, en lugar de sugerir que la minociclina en sí podría ser un tratamiento útil, el estudio afirma de manera más concluyente que una fuerte inhibición de PAR puede bloquear efectivamente el proceso de mineralización de calcio en las paredes arteriales. Curiosamente, esta no es la primera vez que se ha sugerido que la minociclina tiene efectos secundarios beneficiosos fuera de su función habitual como antibiótico.

La investigación del año pasado descubrió que la minociclina puede prevenir la acumulación de proteínas asociadas con algunas enfermedades neurodegenerativas y posiblemente mejorar la esperanza de vida, al menos en las primeras pruebas en animales. Nuevamente, no está claro exactamente cuán efectivamente este descubrimiento puede traducirse en tratamientos para humanos, especialmente porque no está claro qué tan seguro es el antibiótico como tratamiento a largo plazo.

Los investigadores detrás de este nuevo estudio notan que están planeando un “ensayo de prueba de principio” en pacientes humanos durante el próximo año o dos, pero no está claro si usarán la minociclina directamente o un tipo diferente de inhibidor de PAR. La nueva investigación fue publicada en la revista Cell Reports. Fuente: Universidad de Cambridge.