En una entrevista con Bloomberg, el próximo monarca pronosticó que en el futuro la cantidad de productores de petróleo se reducirá drásticamente, en particular en Rusia y China.
“La demanda de petróleo seguirá aumentando hasta 2030 por encima del 1%, entre el 1% y el 1,5%, quizá más. Y algunos creen que después del 2030 declinará. Pero creemos que en ese período desaparecerán algunos productores. Por ejemplo, creemos que China disminuirá bruscamente [la producción de petróleo], sino desaparece después en cinco años. (…) Diecinueve años a partir de hoy, [la producción] de Rusia habrá declinado mucho o incluso desaparecido”, afirmó Salman.
De esta manera, el príncipe heredero intentó defender la necesidad de la industria petrolera de su país. El corresponsal de Bloomberg había cuestionado su magnitud, alegando que en el futuro el trasporte pasará a ser de tracción eléctrica. “Hoy día nadie habla de aviones eléctricos ni de buques que naveguen los mares gracias a la electricidad”, contestó el príncipe heredero.
El pronóstico del príncipe saudí contrasta con el informe World Oil Outlook 2040 (‘Perspectivas mundiales del petróleo 2040’, en inglés), publicado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de la cual el reino Saudí es miembro y la Federación de Rusia no. Según el documento, los expertos de la OPEP calcularon la producción de Rusia para el año 2019 en 10,3 millones de barriles por día (bpd). Para el 2035 esa cifra se ubicará en 10,2 millones de bdp y 10,1 millones de bdp para 2040. La británica British Petroleum (BP) calculó la producción rusa para 2040 en 13 millones de bpd.
La información del príncipe no concuerda con las estimaciones de los expertos porque no tomó en cuenta un importante factor, señaló a RBC el investigador principal de la Universidad Financiera (Rusia), Valeri Abrámov.
Si tomamos en cuenta solo los fosos explotados en la actualidad, estos son capaces de abastecer el mercado global de manera interrumpida por los próximos 20 años, sostuvo el doctor en ciencias económicas. Pero si contamos las reservas encontradas, pero aún no explotadas, sobre todo las que se esconden en el lecho del océano Ártico, no se puede hablar del fin de la producción rusa.
“Todo debe verse en dinámica. Cada año las reservas solo crecen y de seguro que no terminarán en 20 años (…) La propia Arabia Saudí no debería alardear de su posición en cuanto a reservas. Eso es una cuestión muy discutible”, advirtió Abrámov.
Con el doctor concuerda el presidente del Comité de Energía de la Duma rusa, Ígor Ananskij, quien calificó las declaraciones del heredero saudí de “un dulce sueño”.
“Las reservas [de petróleo en Rusia] son suficientes como para permitirle a las compañías invertir dinero en el desarrollo. Así que no se puede decir nada más, aparte de que [las declaraciones de Mohamed bin Salman Saud] no son nada más que un dulce sueño”, sentenció el diputado.