Tensiones en Irán. Ola de frío en Estados Unidos. Un año de recortes en la producción. Aunque apenas comienza el 2018, no han faltado motivos para que aumente el precio del petróleo.
El precio del petróleo crudo Brent, el precio de referencia internacional, ha aumentado casi un 50 por ciento desde junio. Varias veces durante la semana pasada superó momentáneamente los 70 dólares por barril —alcanzó ese precio por primera vez desde diciembre de 2014— en el mercado asiático, aunque después bajó. Las reservas de petróleo acumuladas durante años comienzan a menguar. Además, la economía global se encuentra boyante, por lo que ha aumentado la demanda, lo que significa que los precios podrían subir todavía más.
“El mercado entró en una nueva fase”, explicó Richard Mallinson, un analista de la empresa de investigación Energy Aspects en Londres.
La dinámica actual contrasta por completo con la situación que prevalecía hace tan solo un año. Sin embargo, el mercado se ha ido reorganizando de manera gradual, en gran medida debido a que Arabia Saudita y Rusia, dos de los tres principales productores de petróleo del mundo, acordaron reducir la producción.
El acuerdo, que se renovó en noviembre y seguirá en vigor el resto de este año, eliminó del suministro global cerca de un millón de barriles de petróleo crudo al día. Por otro lado, la demanda de petróleo y sus productos asociados ha aumentado más rápido de lo que esperaban muchos analistas. Así, el exceso de energético de todo el mundo, que antes llenaba inmensas terminales petroleras y enormes superpetroleros anclados en el mar, se va agotando poco a poco.
Sin la protección que ofrecían esas enormes reservas en inventario, el mercado energético global se encuentra más sensible a cualquier trastorno, ya sea real o potencial.
Por ejemplo, en diciembre se cerró un oleoducto británico en el mar del Norte y, en consecuencia, el suministro de petróleo al mercado se redujo unos nueve millones de barriles de petróleo durante casi tres semanas. La medida, tomada debido a que la nueva propietaria del oleoducto, Ineos, descubrió defectos en el sistema, disparó todavía más los precios. Entre tanto, una ola de frío que rompió varios récords en Estados Unidos provocó una mayor demanda de aceite para calefacción, lo que a su vez aumentó la demanda en el mercado.
Ahora, además, se suman otros temas apremiantes.
Aunque el gobierno de Trump acordó a regañadientes el viernes abstenerse de imponer de nuevo una serie de multas a Irán, existe el temor de que Washington se vea obligado a imponer sanciones severas en respuesta a situaciones recientes como las enérgicas medidas aplicadas para reprimir a manifestantes en Irán y la intervención de Teherán en los conflictos de Siria y Yemen. Este tipo de medidas podría afectar la capacidad de Irán de exportar petróleo.