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Los investigadores subrayan que Lamia “no cumplía la política de combustible”
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Asegura que empresa y tripulación eran conscientes, pero no hicieron una escala
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El informe también alude a los problemas económicos y organizativos de Lamia
El informe final de las autoridades de Colombia sobre el accidente de avión que hace año y medio costó la vida a 71 personas, entre ellas la mayoría de los integrantes del equipo de fútbol brasileño Chapecoense, ratifica que la causa del siniestro fue la falta de combustible, como sugerían las investigaciones preliminares, y apunta como responsable a la aerolínea boliviana Lamia, al indicar que “no cumplía la política de combustible” requerida.
Así lo ha explicado este viernes el responsable del equipo investigador de Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil), el coronel Miguel Camacho, quien ha reiterado que las pesquisas han constatado que el avión no tenía la cantidad suficiente de combustible para completar el vuelo.
“La aeronave se abasteció con 1.636 kilos de combustible en Santa Cruz para completar 9.300 kilos […]. Esta cantidad era insuficiente para completar el vuelo entre Santa Cruz, Bolivia, y Rionegro, Colombia; la cantidad mínima del combustible debía ser 11.603 [kilos]”, ha detallado Camacho.
El accidente se produjo el 28 de noviembre de 2016, cuando el avión que transportaba a la expedición del Chapecoense hasta Medellín, donde debía jugar la final de la Copa Sudamericana ante el Atlético Nacional, se estrelló a pocos kilómetros del aeropuerto tras quedarse sin gasolina; en el accidente murieron 71 personas y otras seis resultaron heridas.
Un plan de vuelo forzado
El informe final, presentado un año y cinco meses después de la tragedia, señala además que la compañía Lamia planificó el vuelo sin escalas, pese a que no llevaba la cantidad mínima de combustible que exigen las autoridades internacionales para un vuelo de ese recorrido.
“No tuvo en cuenta el combustible requerido para ir al destino“
Así, el texto recoge que el vuelo no cumplía “los requisitos de cantidad mínima de combustible para completar un vuelo internacional; no tuvo en cuenta el combustible requerido para ir al destino”, ni tampoco para una “contingencia, que es un cinco por ciento en este caso”.
De la misma forma, no disponía de fuel para volar hasta un aeropuerto alternativo, “que en este caso era Bogotá, y un combustible mínimo para poder aterrizar”, ha señalado Camacho.
En los resultados de la investigación, en la que han participado Colombia, Brasil, Bolivia, Estados Unidos y Reino Unido, se explica además que la empresa y la tripulación no tomaron la decisión de aterrizar en otro aeropuerto pese a que eran conscientes de que no tenían la gasolina suficiente para completar el vuelo.
Problemas de organización de la aerolínea
“El avión pudo haber despegado con el combustible totalmente limitado, […] de manera que insistimos que era obligatoria una escala intermedia”, ha subrayado el responsable de la investigación, que ha recalcado que ni la tripulación ni la empresa tomaron una decisión al respecto.
El informe también señala que la aerolínea Lamia tenía problemas de organización, una compleja situación económica y dificultades en su gestión de seguridad operacional.
“No cumplía las políticas de combustible […]. Efectivamente tenía una política escrita, hacia eco la empresa en sus manuales de los estándares internacionales sobre combustible, pero no los cumplía”, ha recalcado Camacho.
Asimismo, el informe destaca que la compañía boliviana no cumplió con la supervisión requerida al vuelo ni requirió prioridad y emergencia cuando se estaba agotando el combustible, lo que generó “una demora en la aproximación del avión a la pista de Rionegro”, el aeropuerto de la ciudad de Medellín.