Hace una semana, un pequeño buque cisterna se acercó al Golfo Pérsico después de un viaje de 19 días desde China. El capitán, tal como lo estipulan las reglas internacionales, informó la posición, el curso, la velocidad y otros detalles clave del buque: estaba navegando elevado sobre las aguas, lo que significaba que probablemente estaba vacío.

Entonces el barco chino, el Sino Energy 1, quedó en silencio y simplemente se desapareció de la vista.

Nuevamente se reportó el domingo, cerca del lugar donde había desaparecido seis días antes, solo que ahora se dirigía hacia el este, lejos del Estrecho de Ormuz, cerca de Irán. Si se conservan los patrones del pasado, el capitán pronto informará que navega bajo, lo que significa que sus tanques probablemente están llenos.

Cuando quedaron establecidas las sanciones de la administración Trump contra el petróleo y los productos petroquímicos iraníes, algunas de las flotas de transporte marítimo del mundo han desafiado las restricciones “esfumándose en la oscuridad”, cuando recogen cargamentos en puertos iraníes, de acuerdo con analistas comerciales que rastrean los datos de transporte y de inteligencia de las autoridades en Israel, un país que respalda las medidas enérgicas de Trump.

“Están ocultando su actividad”, afirmó Samir Madani, cofundador de TankerTrackers.com, una compañía que utiliza imágenes satelitales para identificar a los buques cisterna que llegan a puertos iraníes. “No quieren difundir que estuvieron en Irán, y evaden las sanciones. Es así de simple”.

Un tratado marítimo supervisado por una agencia de la ONU estipula que los buques de 300 toneladas o más que navegan por las rutas internacionales tengan un sistema de identificación automático. Este engranaje ayuda a evitar las colisiones y ayuda en las operaciones de búsqueda y rescate. También les permite a los países monitorear el tráfico del transporte marítimo.