El absolutismo en el mundo del deporte es una práctica muy arriesgada. Calificar el duelo de semifinales del Masters 1000 de Roma entre Rafa Nadal Novak Djokovic como el mejor partido de tenis del año quizás no es una verdad absoluta. Pero se acerca mucho. Colosal el juego que desplegaron ambos, rememorando los mejores tiempos de su ya legendaria rivalidad. Esta vez la moneda cayó del lado de Nadal (7-6, 6-3), que se coló en una final que le puede abrir muchas puertas.

Fue una delicia disfrutar de las raquetas de dos de los mejores tenistas de la historia. Lo pasó en grande la afición en el Foro Itálico, que aparcó los colores intentando alargar lo máximo posible un partido para el recuerdo. Con su triunfo, Nadal se acerca en su balance frente a Djokovic. El serbio sigue dominando, pero ahora con una exigua ventaja: 26-25.

25-26Nadal recorta distancias en su balance frente a Djokovic

No hay mejor examen que el que pasó el mallorquín ante Djokovic en Roma, donde demostró que su puesta a punto para Roland Garros marcha por el camino correcto. Su tenis, su físico y su cabeza vuelven a estar en el lugar ideal y los cimientos de París deberán ser reforzados. La historia puede volver a saltar por los aires este año.

En la final de Roma, que disputará este domingo frente al ganador del duelo entre Cilic y Zverev, Nadal busca varias gestas a la vez. La primera no es otra que recuperar una corona que ha ganado siete veces, pero que no se pone desde 2013. La segunda, consecuencia de la primera, es recuperar el número uno del mundo. Si gana el torneo, adelantará a Roger Federer en la clasificación de la ATP, convertida en una entretenida carrera de Mario Kart entre ambos.

Novak Djokovic saca el puño

Novak Djokovic saca el puño (Tiziana Fabi / AFP)

El recital de tenis del que pudieron disfrutar los aficionados en el primer set fue de aquellos que no se olvidan fácilmente. Y es que a pesar de su derrota final, volver a ver a Djokovic desplegando un juego tan sublime, capaz de plantar cara sobre tierra a un no menos extraordinario Nadal, debe ser la mejor noticia de la semana. El tenis necesita otra vez al serbio luchando por grandes títulos.

El primer set acabó cayendo del lado del balear en el desempate después de casi una hora y cuarto de intercambiar golpes con el serbio. Djokovic perdió su servicio en el sexto juego, pero fue capaz de reponerse cuando estaba contra las cuerdas y forzar el tie break. La agresividad de Nadal en el momento definitivo le dio el primer triunfo parcial. Sumar cada punto había supuesto un desgaste enorme para los dos colosos, que sumaron 38 cada uno. El mallorquín los supo gestionar mejor y el serbio se fue a la silla maldiciendo su suerte.

Nadal y Djokovic sumaron 38 puntos cada uno en el primer set

Mantener el nivel del primer set parecía imposible y, especialmente Djokovic, pareció reservar algunas fuerzas para los momentos decisivos. El serbio volvió a encajar un break muy pronto y tuvo que ir a remolque. Nadal fue capaz de subir sus prestaciones con el servicio y defenderse de todos los ataques de su rival. Roma se lo pasaba en grande y el inventor del tenis recibía las felicitaciones de sus colegas, agradecidos ante el espectáculo que estaban presenciando.

El mallorquín sobrevivió al último gran ataque de Djokovic, que llegó en el octavo juego, y mantuvo uno de los servicios que más le ha costado defender en todo el año. Tal fue el esfuerzo del serbio, que acabó entregando el partido en bandeja en el siguiente. Estaba vacío. Son las cosas que tiene jugar contra este Nadal, una sensación peor que intentar escalar un muro lleno de aceite hirviendo. El rey no tiene pensado abdicar.

Un abrazo entre dos grandes

Un abrazo entre dos grandes (Dean Mouhtaropoulos / Getty)