Después de estar dos años en la prisión del Helicoide, el diputado opositor venezolano Juan Requesens, de 31 años, vuelve a casa. Negociaciones políticas dieron con la concesión de un arresto domiciliario para el político del partido Primero Justicia, que fue llevado de su casa luego de que Nicolás Maduro lo señalara en televisión de estar involucrado en un atentado fallido con drones cargados con explosivos durante un acto militar del 4 de agosto de 2018 en Caracas en el que intentarían asesinarlo.

“Es un primer paso, Juan”, le dice Henrique Capriles Radonski en un vídeo colgado en su Instagram durante su recibimiento en su casa en el que estuvo presente. En las imágenes, Requesens se muestra sonriente, recibiendo abrazos con tapabocas de sus padres, familiares, amigos y abogados. “Me soltaron”, y corrige: “Bueno, estoy en mi casa”, se le escucha decir al político.

El caso de Requesens ha sido uno de los más emblemáticos entre los más de 300 presos políticos que el Gobierno venezolano mantiene. Juan Requesens, uno de los más enérgicos diputados, forjado en las filas del movimiento estudiantil, fue encarcelado pese a su inmunidad parlamentaria. Agentes de inteligencia se lo llevaron a la fuerza de su domicilio la noche del 7 de agosto de 2018 y judicialmente, luego de decenas de audiencias diferidas, su caso estaba en un limbo sin sentencia ni pruebas.

El procedimiento policial fue calificado de arbitrario en el informe que publicó el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en noviembre de 2019. La comunidad internacional y la alta comisionada, Michelle Bachelet, bregaron intensamente por su libertad sin lograrlo. Con la llegada de la pandemia se habían pedido medidas humanitarias para él y otros encarcelados.

España ha sido uno de los primeros países en reaccionar a la medida. “España se felicita por la excarcelación de Juan Requesens y continúa abogando por una salida política negociada mediante la celebración de elecciones. Esta salida debe incluir la plena liberación de todos los presos políticos y el respeto por los derechos humanos de los venezolanos”, comunicó el Ministerio de Exteriores en su cuenta de Twitter.

La liberación ocurre finalmente en medio de las negociaciones de cara a las elecciones parlamentarias con las que el Gobierno de Maduro planea recuperar el control de la Asamblea Nacional perdido hace cinco años. Para la oposición, la participación en este proceso con todo en contra, en el que el Gobierno ha cambiado la reglas a su favor, se ha convertido en un nuevo dilema. Los que se aglutinan en torno a la figura de Juan Guaidó, como jefe del Parlamento y presidente interino reconocido por más de 50 países, anunciaron su abstención y llamaron a un pacto unitario en torno a una ruta para hacer frente a lo que vaticinan como un fraude.

Un sector, el que representa Capriles Radonski, abogó por negociar condiciones con el Gobierno y participar en los comicios, sumándose al exhorto que hizo la Iglesia católica a través de la Conferencia Episcopal de Venezuela. La libertad de Requesens sería entonces una consecuencia de esos acuerdos, en los que activamente habrían participado Capriles y el diputado Stalin González, y extraoficialmente se ha señalado que podrían producirse más excarcelaciones. El Gobierno de Maduro ha usado en otros momentos a los presos políticos como monedas de cambio cuando se ve acorralado políticamente, especialmente por la presión internacional. Dirigentes de la oposición han reaccionado a la noticia exigiendo la libertad plena. “Hoy mi corazón pleno de alegría porque mi hermano Juan Requesens por fin va a poder dormir en su casa. Casa por cárcel no es libertad, sin duda sus condiciones mejoran notablemente. Seguiremos luchando por su libertad plena y la de todos los presos políticos. Me niego a rendirme”, tuiteó la diputada Delsa Solórzano.