El presidente estadounidense John F. Kennedy visitó en 1962 Ciudad de México, donde fue recibido por miles de personas en un gran desfile acompañado del presidente mexicano, Adolfo López Mateos.
Del diálogo entre vecinos surgió la idea de resolver una vieja rencilla que llevaba más de un siglo en disputa: ¿a qué país pertenecía un terreno fronterizo de 177 hectáreas conocido como El Chamizal?
Una controversia que bajo la retórica del actual presidente de EE.UU., Donald Trump, parecería imposible que se resolviera a favor de los mexicanos.
Pero no fue así en aquellos años de la década del 60, cuando México obtuvo la devolución de El Chamizal.
En plena Guerra Fría, a Estados Unidos no le convenía tener problemas en el vecindario, mucho menos con la nación con la que comparte fronteras.
En ese turbulento contexto se dio la única devolución de territorio que México ha obtenido de EE.UU.después de la guerra que despojó a los mexicanos de 55% de su territorio en 1848.
Pese a que solo hayan sido 1,77 km2 de los más de 2 millones perdidos (0.00007%), el gobierno mexicano lo considera el “mayor logro de la diplomacia mexicana”.
“El Chamizal es un motivo de orgullo nacionalista. En el nivel popular, es el último gran festín del nacionalismo mexicano en el Siglo XX“, señala la historiadora y experta del caso de El Chamizal Paola Juárez a BBC Mundo.
“Es un trato conveniente para Estados Unidos, que buscaba aliados en América Latina, sobre todo en una época en que México coqueteaba muy abiertamente con la izquierda”, añade la académica de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).